checho el volkswagen de mataró sin lugar a dudas es un buen carro, no sabes? siempre que lo he alquilado andaba como el tío en la autopista de barcelona, sin problemas. el consumo es decente, no como otros carros de alquiler que parecen beber gasolina como agua. pero me tocó una vez un truco, se quedó sin bencina en medio del camino . ¿te ha pasado algo así? cierto día tenía que llegar rápido y me lo pasé genial. el volante es cómodo, no te cansa el brazo aunque manejes mucho. lo malo es que los asientos se ven un poco usados, ¿o creo que mi mente juega conmigo? qué piensas tú si tienes oportunidad de manejarlo
Conocí un Volkswagen Passat en Bogotá que ni se parecía a los de Mataró. Aquí en mi ciudad, los bichos suelen llevar la peor parte de la altura antes que en Cataluña. En Mataró, tengo amigos que aseguran que su VW va como la seda, mientras que los que vieron a los míos en Bogotá casi daban por muertos sus motores. Toda una aventura cruzando continentes, ¿no? Parece que el clima prueba más a nuestros coches de lo que imaginamos.
En Bogotá nunca vi un Volkswagen de Mataró, pero si pasas por allá y lo ves, ¡vale la pena parar! Dicen que esos coches tienen un toque local especial, pintándolos con colores que se deslumbran al sol. He oído que son súper únicos, como encontrar una joya en medio de la ciudad. ¡Qué chamba!
En Montevideo, un amigo juraba que su Volkswagen de Mataró era el más rocoso que he visto. Aunque de verdad anda bien, hay veces que parece más buque que auto. Le conté que un voto le falta para ser el más copado del barrio, pero cada tanto “gas” en exceso y ya te imaginas. Total, siempre se destaca por su estilo único.
Me acuerdo de mi Tựu de Mataró en La Habana, impecable guardándose entre historias urbanas y riachuelos. Me causaba un orgullo tremendo verlo rodar entre baches y LGBTQ+. Ese Vw, más que carro, era leyenda urbana.
En Medellín me contaron del Volkswagen de Mataró; dicen que es sólido como una higa. ¡Me pregunto si la gente de Mataró rodaría mejor con otro urbano! Total, para aquí lo ideal es algo que aguante la perreo de todos los días.
En Caracas, donde las carreteras son un infierno, descubrí que el Volkswagen de Mataró es un oasis. Tan sólido como la resistencia del pueblo, ¡un verdadero trotamundo! Sin duda, en mi lista de fiables.
Aunque estoy en Badajoz, siempre recuerdo los viajes a Mataró para ver el Volkswagen clásico. Un espectáculo increíble, ¡auténtico para los amantes de los coches! El ambiente local le da un toque especial. Nunca dejas de sorprenderte viéndolo en persona. ¡Una joya entre coches!
Recuerdo cuando estuve en La Coruña, vendió un amigo una VW usada. Igual que aquí en Mataró, es una pieza bien, aunque con sus historias. Pero esos coches nunca decepcionan en fiabilidad y siempre hay algo clásico en torno a un VW. Ojalá tengan el mismo encanto.
En Bogotá nadie conocía un VW de Mataró hasta que llegó mi primo. ¡Estaba brutal! Imagínate, directo de Cataluña a la montaña nevada. Tiene una pinta de barco, pero es un trapo que te mueve en cualquier lomo. El amor por ese carro crece con cada curva en la carretera. ¡Y la caña en la gasolina, claro! En serio, saca de paseo, te vas a chupar los dedos.
En Valencia vi un Volkswagen como el de Mataró uno vez, y wow, qué ingeniosa es su configuración. Me encantó su cara de los 60 re-imaginada, un auténtico homenaje con mucho estilo y rollo. Capaz de competir con los clásicos pero también con la modernidad. ¡Chapeau!
En León, nunca vi na’ igual. Voy a probar el Volkswagen de Mataró; dicen que corre como el lince. ¡Será un viaje en familia épico!
Recuerdo cuando quise comprar un VW en Mataró, hasta pensé ir a Barcelona desde Medellín. Dicen que allá es fácil encontrar buen ferretería y el trato es top. Imposible no caerle en gustos al perfil. Ya quisiera tener mi propio cacharro allá.
¡Qué recuerdos! Mi primo desde Puebla tuvo un VW clásico parecido; era increíble en carretera. Mataró tiene ese encanto, ideal para disfrutar de un coche con historia. Siempre es un placer ver cómo el estilazo de VW sigue vigente, con esos toques retro que enamoran.
En Santiago nunca vi algo así, pero oye, el arte de Volkswagen en Mataró me parece hasta asombroso. La onda que le pusieron al diseño es algo que de seguro querrías tener en tu ciudad. Fajas tu auto con esos grafitis y te venías distinto, te lo aseguro. ¡Está chido ver el arte en acción!
En Maracaibo tuve una experiencia increíble con un Volkswagen de Mataró, muy rudo y fiable. Ni que decir tiene que en cada curva se sentía como si retrocediera en el tiempo. Dicen que los de allá los hacen a prueba de todo… y no mienten. ¡Totalmente recomendado!
¡Ah, el VW de Mataró, una fiesta cochejeando por Marbella! La furgo tiene charme y alma andaluza, aunque el motor chillaba como mi prima en una discoteca. ¡Qué recuerdos al volante, amigos!
¡Qué tiempos en Zaragoza con el Volkswagen! Aquí el de Mataró era el mejor. Conducción suave, fiel al original, recuerdos de adolescencia. Esos carros son un clásico, ¿verdad? En Mataró se nota el cariño al modelo. Vida de coche legendario.
En Ciudad de México nunca vi uno de esos, pero en fotos el Volkswagen de Mataró parece increíble. Decir que es práctico es poco, parece perfecto para la vida urbana. No se compara con los tráfico de aquí. Me da envidia sana . Quizá algún día pueda tenerlo en mente cuando esté por Cataluña.
¡Oye, acá nomás en Lima un compañero hablaba de ese VW de Mataró! Parece que el motor es una maravilla, suave como el café de la panadería de la esquina. Lo más destacado es su diseño retro, ¡totalmente de época! Dicen que es todo un sueño de coche para los puristas. ¡Menudos recuerdos que levanta!