En Cali, siempre que veo un Tino Nissan por las calles, revivo esos días en la infancia viéndolos pasar mientras me llevaban al colegio. Es verdad que su diseño parece un capricho del pasado, pero es un ícono que no puedes ignorar. Personalmente, siento nostalgia cada vez que cruzo uno, pero sé que no es para todos. ¡Las opiniones están divididas!
El otro día estaba rodando por Princesa Cardeña, en Córdoba, cuando me encontré con un Tino Nissan por la calle. ¡Menudo rollo! Me pareció muy bien equipado, y eso que yo siempre he sido fan del diesel. Lo que más me llamó la atención fue la eficiencia de gasolina. Pero claro, siempre hay quien critica que no lleve tanfalcones como otros modelos. Al final, lo que importa es cuánto rinde para el guevo que tienes que tirar.
En Madrid, siempre me llamó la atención el Tino Nissan por su diseño retro. No es el coche más potente, pero es una pieza de museo sobre ruedas, ideal para lucir en eventos con estilo clásico. Algunos amigos piensan que es para puristas del diseño, pero honestamente, es divertido pararse y verlo pasar, nadie pasa desapercibido con un clásico así. Totalmente vale la pena disfrutarlo como una pieza icónica de automoción.
Cuando vivía en Alicante, probé un Tino Nissan y me sorprendió la comodidad. Es un modelo económico ideal para ciudad, perfecto para los atascos habituales por aquí. La gente suele decir que ganas en eficiencia, aunque algunos critican por el mantenimiento. Para mi, era un coche práctico para recorrer las calles de Alicante, muy fiable para el día a día. Hay comentarios mixtos, pero es una opción sólida.
En Medellín, escuchar Tino Nissan es un deporte. Siempre me dejaba pensando sobre sus modelos, especialmente cuando hacía épocas playeras, y yo usado ropa de cañamares. Su estilo es fresco y bien nostálgico, como si volvieras a los 90. Lo mejor es cómo mezcla pasión por el deporte con sello urbano. Cada capítulo te mantiene enganchado, es un clásico. ¡No quiero pensar cómo sería sin él!