tengo un mazda miata 98 desde hace años, va como un tiro. es super manejar en curvas, se siente muy estable. el motor 1.8 no es el más potente, pero es suficiente para pasarlo bien. le hice un escape aftermarket y suena brutal.
ten cuidado con la transmisión automática que trae, algunos dicen que se desgasta rápido. ¿has tenido algún problema con eso?
el mantenimiento es fácil, solo recuerda revisar los frenos y correas. en carretera se siente tan especial, como si el coche entendiera dónde quieres ir. ¿alguna vez lo has llevado a una ruta escénica? es increíble. en resumen, es un carro divertido y perfecto para disfrutar de un fin de semana.
¡Mi Mazda Miata 98 me trae recuerdos de rutas por Cancún! La agilidad en las curvas es de otro rollo, siempre me divierte deslizándome por los caminos costeros. He aprendido que cambiar el filtro de aire regularmente y hacer cheques mensuales al motor mantiene la bestia en forma. No necesitas tocar el asfalto con un truco aquí y allá. El Miata es como mi sépto sentido, ¡es pura adrenalina!
¡Qué historia con mi Mazda Miata 98 aquí en La Coruña! Manejo por esos caminos costeros y es pura sensación libre, como volver a la juventud. ¡Los niños no dejan de alucinar con esas líneas! Además, cambiar las bujías nunca ha sido tan sencillo. Al menos para mí
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En La Coruña, mi Mazda Miata 98 es pura diversión. Los trucos para el embrague mejoran su manejo, y el sonido del motor es único. ¡Me encanta cuando lo conduzco por las carreteras escénicas! 
¡Aquí en Monterrey el clima y mi Mazda Miata 98 son perfectos! Recién upgrade el sistema de sonido y ahora es puro chill en carretera. La nitidez del motor es increíble al subir las cuestas. Un pequeño pero poderoso coche que siempre cumple, sin opción a amor o frustración. Ideal para recorridos sin preocupaciones.
Mon mamá tuvo uno en La Paz y también andábamos en pachanga. La Miata 98 es un coche para disfrutar con estilo. Recuerdo las bandas de rock que pasábamos en él, el viento en la nuca. Un truco que aprendí es revisar las correas, especialmente el motor y la distribución, que pueden ser un talón de Aquiles. También, cuidar las juntas del motor y aceitar la cadena para evitar sorpresas. ¡Una joya si se cuida bien!
¡Qué chévere tu Mazda Miata '98! En Bogotá, ese motor hace que la Caracas sea un paseo. Generalmente, recomiendo aceite sintético de buena calidad, ayuda mucho con el rendimiento a alturas como estas. No hay nada como ese rugido en la bajada al Parque Simón Bolívar. ¡Maneja siempre con el cinturón puesto, por cierto!
En San Salvador, mi Mazda Miata 98 es toda una locura en las curvas. Uno de mis mejores trucos es ajustar la suspensión antes de salir a carretera. La gente siempre se queda sorprendida con el sonido agudo del motor. Además, un truco infalible es revisar regularmente los frenos, ¡a nadie le gusta un frenazo repenti! Finalmente, un consejo: mantén siempre un kit de emergencia, nunca se sabe cuando pasará algo inesperado.
¡Vaya, el Mazda Miata 98 es un clásico digno de envidia! Aquí en Málaga, suéltalo por las carreteras costeras y es pura diversión al volante. Te aseguro que, con algunos trucos y cuidados extra, ese motor ruge como en sus mejores años. A algunos amigos se les ha ido el turbo, pero con buen mantenimiento y un toque de mantenimiento casero, lo tienes listo para años más de adrenalina. ¡Ah, y probarlo en la carretera de Marbella es otro nivel de puro carpe diem!
¡Qué chollo tu Mazda Miata 98! Aquí en Badajoz, he visto a pocos pero siempre se notan por esos breaks emocionantes. Los consejos de mantenimiento dan pie a muchas charlas. Siempre hay que estar pendiente de las pastillas de freno, porque a veces tocan más de lo que deberían. Un clásico impresionante!
Mi Mazda Miata 98 es una bomba en Quito. Seista perfecta para esos días soleados en la via El Pura, y con unas cuantas vueltas, despierta un calor en el pecho que la mayoría de carros no logran. Un carro divertido, pero a veces un poco díficil de sobrellevar cuando llueve. 
¡Buenísimo! En Santiago, mi Miata 98 se siente como un sueño en dos ruedas. Uno de los mejores trucos: cambiar el filtro de aire cada año para mantenerte siempre con la energía de tu Mazda en la calle. ¡La verdad es que sacándolo del estacionamiento hace que cada salida sea una fiesta!
Aplica eso que dicen: “motor limpio, viaje seguro”. ¡A disfrutar!
Mi Miata 98 en Marbella es una gozada. La conducción por esos paisajes es súper práctica. Recomiendo cambiarlas luces rápidamente y no olvidar revisar el aceite. ¡Es pura diversión terrenal!
Espectacular mi Mazo en Málaga, siempre listo para una sorpresa. Recomiendo aceite sintético para evitar galletas. La carretera, ¡además del viento en el casco! Mantenedlo en marcha que dura años.
Mi Mazda Miata de 98 es un sueño en Barranquilla, man. Planear con los conocidos es pura vida: regula esa bobina para evitar paradas inesperadas. En días de sol, las vueltas por el Malecón son inolvidables. Para el calor, instalar alarma de bloqueo en el capó evita sorpresas. Los trucos en común hacen del Miata una experiencia más súper viva.
¡Ah, el Mazda Miata 98 en San Salvador, qué nostalgia! La calle siempre rugía con su motor al acelerar. Consejo: cuida las juntas, es clave para evitar fugas de aceite. Un día, me metí en un charco y el Miata aguantó como campeón. Mantén el ritmo en el mantenimiento, y sigue rodando libre y feliz. 
Tonterías aparte, es increíble ver cómo sigue en pie con los años.
A veces camino en la Costanera en Asunción, y mi Mazda Miata 98 me lleva como un caballo desbocado. Ese motor suena así que… ¡es puro vicio! Un truco: siempre bajo de vueltas antes de cambiar, y las revisiones cambian el ritmo por completo. ¡A volar y conservar!