la toyota st205 es un clásico, ¿verdad? la mía es un trueno en curvas, es increíble cómo se maneja. la suspensión es tan pegajosa, sientes cada detalle de la carretera. alguna vez fuimos a hacer un viajecito por la montaña y fue como estar en un videojuego, cada curva más adrenalina. el motor suena bien, aunque mejor con el turbo hecho. ¿alguien más ha cambiado el escape? me dijeron que mejora mucho el sonido. alguna vez tuve que cambiarle un calibrador de acelerador, pero con paciencia todo fluyó. aunque hay que vigilar los desgastes, no le falta fiabilidad. ¿alguna vez has tenido problemas con las fugas de aceite? la mía tiene su edad, necesita cariño. ¿tu st te da problemas? ¿ha sido una buena experiencia?
En Montevideo, la Toyota ST205 nunca pasa desapercibida. ¡Me recuerda a tardes de domingo en el Hipódromo de Maroñas reventando neumáticos! Su aceleración y diseño jalado de adrenalina hacen que todos la sigan con nostalgia. La tal vez mejor carro en su momento. Sin dudas, un clásico que se respeta.
En Córdoba, mi primo tenía una Toyota ST205, y juro que era todo un animal en curvas. Incluso antes de tenerla, ya me habían flipado sus faros y su chasis espectacular. Luego, en los encuentros de autos, era la envidia de todos. Conducirla era vivir una aventura, sin duda una joya del segmento, inigualable y full recomendada para los puristas.
En Maracaibo siempre la ST205 de Toyota has sido una leyenda. Ya la veías circular por la Av. 5 de Julio y daba ganas de cerrarle detrás. Suena tan distintiva, y está construida para la agresión. La bajé una vez en la feria, se abría como un libro por completo hacia atrás. ¡Sin duda, una furia en las curvas y alegre al acelerar! La gente todavía habla de ese modelo, la veía con respeto y envidia. Cada encuentro era un recuerdo de emociones puras, una verdadera joya.
En Barranquilla, mantener una Toyota ST205 es como revivir una época dorada de rally. ¡Es increíble cómo suena el motor al acelerar! Personalmente, me encanta sentarme a su volante, disfrutar de las curvas y sentir esa conexión con el coche. Es un clásico que siempre genera conversación y dejan con la boca abierta a todos. ¡Sin duda, una joya única!
¡Brutal la Toyota ST205 que ví en Zaragoza! Recordaba los rallys de antaño, esa pinta trasero de sus motores era única. Un clásico que te pega una vuelta al corazón y te hace babear con el arranque de ese V6. ¡Qué máquina!
En Quito, siempre recordaré mi ST205 con nostalgia, sobre todo esas salidas al valle. Era pura adrenalina y potencia. La gente en el taller te miraba diferente, como “este a diario va a sacar chispas”. La mejor pick-up que he tenido, sin duda alguna. ¡Un clásico infalible!
En Valladolid, la ST205 es el metal definitivo para ir en plan racing. Sin duda, es capaz de pasar de 0 a nostálgica en un abrir y cerrar de ojos. Es un mito que todo buen aficionado debe haber pilotado. Total, no hay dos como ella.
¡Joder, la Toyota ST205 en Maracaibo es leyenda! Recuerdo rodar por las desérticas calles con el secador a tope, era un carrito brutote ese día. Todo el mundo te daba cuanta, ¡qué pasada de carro! La fiabilidad es lo suyo, jamás me dejó tirado. Ese turbo es pura adrenalina, perfecto para agitarse entre el trafico. Una joyita sin igual, compañeros, pura nostalgia.
Siempre me gusta poner los 205 en Caracas, ese ST que tengo se siente en casa en cualquier caravana. La respuesta del motor es increíble, especialmente cuando empiezas en subida. Fue una época dorada, aunque ya no se ven tantos por las calles, pero los pocos que quedan siempre llaman la atención. ¡Una joya de los 90!
En Murcia siempre se disfruta de la Toyota ST205. La Seikyo es simplemente para flipar, ¡bastante dura para el día a día y un pimpón para rondar por las carreteras murcianas. Un auténtico clásico que sigue dando guerra.
¡Vaya rollo la Toyota ST205! Aquí en Sevilla, siempre asombraba con su sonido y manejabilidad. No te engañaba, era de niñato, pero un lujo circulanla con su 2.0 turbo. Se echaban de menos, pero ahora que sale algún ejemplar por las calles, recuerdas viejas batallas na’ más. ¡Qué tiempos aquellos!
En Puebla, manejé una ST205 y es pura adrenalina en cada curva. El motor respira en segunda; es una reliquia que mantiene vivo el auto deportivo. ¡Una joya entre todas las Toyotas!
Nunca olvidaré cuando en Santiago encontré una Toyota ST205 en perfecto estado en un desguace. Es increíble cómo sigue siendo un must para los puristas del rally. La máquina seguía rugiendo como en los buenos tiempos y me dieron ganas de correr en el WRC de nueva cuenta. Es puro diseño japonés de los '90. Seguro que muchos se emocionan recordando sus escapadas en esta bestia en toda la ciudad.
En Bogotá, la Toyota ST205 sigue siendo un icono en carretazos. Mis amigos y yo recordamos cuando décadas atrás pasamos todo el día disfrutando de su motor boxer en el Pico del Insurgente. Esa chamba de doble turbo es una locura, y la he manejado en rutas increíbles. Merece todo el hype que tiene en el foro de autos.
La ST205 es un sueño por Caracas. Recuerdo rodar por el Tazón, ¡cómo rugía con cada cambio de piso! Pocos saben manejarla, pero vale la pena cada quilombo. No la veas como una simple carrocería, es pura adrenalina. ¡Una bestia de verdad! No hay otro auto que te de tanto parche.
Recuerdo cuando vivía en Córdoba y conocí un colega que tenía una ST205. ¡Era un máquina! La respuesta del motor era brutal y el diseño, ochentero pero elegante. Siempre hablamos de cómo era más pura la experiencia de conducir. Cada salida, una aventura. Esa camioneta marca época.
En Santiago, siempre he admirado la Toyota ST205, es pura adrenalina al volante. A alguien le robé el corazón con su suspensión delantera independiente, me hace sentir que tengo dos manos izquierdas en las curvas. La aerodinámica de esa genialidad la hace única en la carretera. Conoces a alguien que no quiera una en su cochera?
La ST205 es clásica, pura adrenalina en grua. Aquí en León es todo un mito; el turbo en subidas no tiene igual. La experiencia es única, cada tuerca es historia. ¡Una verdadera joya del motor!