En Córdoba me pasó algo parecido con mi Peugeot 307 del 2005. Un día, de repente, se apagó en plena calle. Llevé al mecánico, y resultó ser el alternador. A nadie le gusta andar con el coche a trompicones, ¿verdad? Sigue ahí, pero ha necesitado algunos arreglos. ¡Suerte que tengo a un buen amigo que me echó una mano!