En Buenos Aires, el Peugeot 208 con nafta anda genial. Muy ágil para el tráfico y no consume mucho. Lo mío es perfecto para las vueltas por la ciudad, un manejo muy cómodo y precisa. La mejor elección para mi periplo diario.
En La Coruña llevo un tiempo con el Peugeot 208 de gasolina y no puedo quejarme. El motor es bastante ágil para moverse por el tráfico local, aunque en carretera se nota que busca algo más de chicha. A mis amigos les gustó muchísimo cómo va en las salidas a los pueblos, sobre todo en los tramos de subida. Aparte, el estilo del coche es un todoterreno urbano. En resumen, un buen compañero de ruta.
Siempre he tenido curiosidad por el Peugeot 208 gasolina. Aquí en Valladolid, no lo tengo muy claro, pero lo que sí me dicen mis colegas es que anda que te cagas. Se cuela como un gato en los atascos y el rugido del motor es una de esas sensaciones que te meten una jugada entre orejas. Más de uno se ha quedado flipado en un semáforo con el bajón que pega. Para la ciudad y más, está genial, la verdad.
En Rosario, manejo un Peugeot 208 gasolina desde hace un par de años, y la verdad es que anda bastante bien. La respuesta del motor es rápida y el consumo razonable. Algunos dicen que es una declaración de intenciones en términos de diseño y economía, realmente le doy el miércoles.
En Sevilla, el Peugeot 208 con motor de gasolina se mueve como un guante. Tira de sobra y el consumo es decente. Los días de ciudad se agradecen, pero en carretera también tira bien. Totalmente recomendable.
En San Salvador, el Peugeot 208 con motor a gasolina está genial, sobretodo en ruta. Compra práctica y muy eficiente, sobretodo cuando se las ingenia en tráfico. De fiesta aprendió la letra, el motor es liviano pero rendidor. Ideal en ciudad, sin dramas. ¡Qué onda!