oigan, el mercedes 107 sl es una joyita para los amantes de los clásicos, ¿no les parece? tengo un amigo que tenía uno y era pura pasión de manejarlo. era como un sueño hecho realidad, pero claro, mantenlo bien es un trabajo constante. el techo plegable en acero es un encanto, pero por supuesto, se oxida si no le echas un vistazo de vez en cuando.
alguna vez vi uno en un desfile que estaba restaurado y estaba increíble, no se parecía al típico coche viejo, sino más bien como nuevo. ¿vosotros habéis tenido experiencia en restaurarlo? sé que necesita mucho trabajo en el motor y en el interior, pero el resultado vale la pena si te gusta el bricolaje de tiempo completo. o podrían permitirse solo disfrutarlo en eventos o en el garaje sin la molestia de arreglarlo mucho. ¿y vosotros qué haríais con uno?
En Montevideo, ver una Mercedes 107 SL en la calle siempre es un recuerdo nostálgico. Alguna vez vi uno bien reluciente en el barrio, y me hizo pensar en las rutas del entretiempo. Para algunos, es un clásico perfecto para restaurar, pero para quienes lo tienen corriendo, no hay nada como sentirse dueño de una joya rodante en plena ruta. ¡Excelente tema!
¡Una vez en Barcelona, vi un Mercedes 107 SL que aún rodaba aunque con añitos. Increíble, verdad? No solo un clásico para restaurar, sino también para disfrutar en sus ondulaciones al sol. Me recordó a mis primeras escapadas en coche. Chulísimo como ha envejecido, ¿no os parece? ¡Un tesoro que te cuenta historias de la ruta!
¡Vaya historia que tengo de un 107 SL en San Juan! Un amigo mío lo encontró en un viejo basurero, olvidado y oxidado, pero con un motor que rugía como un león. Me dijo que era un clásico para disfrutar paseando por la tarde, con el viento en el cabello y la nostalgia en el corazón. Quién sabe, quizá algún día me anime a restaurarlo. Con suerte, tendría el mismo feeling.
En Ciudad de México, vi un 107 SL recién restaurado en un parque, evocó recuerdos de su legado en las calles anchas. Un clásico con una línea que desafía el paso del tiempo; merece ser cuidado y disfrutado no solo por pura nostalgia, sino por la pasión de conservar su magia en movimiento. Refleja esa esencia vintage que todos extrañamos en medio del caos del tráfico moderno.
En Montevideo, recuerdo con cariño cuando vi por primera vez un Mercedes 107 SL al lado del Yacht de Solanas. Siempre lo vi como una reliquia que pide ser respetada, más que restaurada al dedillo. Disfrutarlo en su autenticidad, con sus imperfecciones, es como darle un abrazo de veinte años atrás. Aunque muchos lo ven como un proyecto, yo prefiero darle vueltas ese fin de semana en Céspedes y vivir el clásico puro. 

Siempre me ha parecido que un Mercedes 107 SL en Málaga es un plan perfecto para despedir la jornada. La ciudad, con su ambiente relajado y sus calles soleadas, hace que disfrutemos aún más del clásico al volante. Hermanito mío, restaurar uno es un proyecto que te mantiene entretenido meses y un deleite con el aire fresco mientras surcas la carretera litoral. Sin duda un sueño hecho realidad.
Claro, esto me remonta a Guadalajara, donde un amigo tenía un Mercedes 107 SL bien viejito. Lo usaba como si fuera un cascarón, pero luego lo restauró y se volvió el rey del bulevar. Puede que no sea el deportivo top, pero tiene un rollo especial. Es una belleza que gusta a quienes saben de coches clásicos. ¡Unverzapnete la experiencia!
Siempre recordaré ver el Mercedes 107 SL en la playa de Maracaibo, moviéndose suavemente con esa elegancia única. Es verlo y transportarte a otra época. Algunos dicen que restaurarlo es un sueño, pero verlo así en su salsa, perfecto para pasear o seguir disfrutando, es algo digno de admirar. Es un clásico que nunca pasa de moda, ¿verdad? ¡Una máquina lista para aventuras y charlas por doquier!
En Santiago, siempre he visto esos 107 SL arrastrando pasión por cada rincón. Me recuerda a mi primo y su proyecto de restauración; pasaban horas en el taller mientras la clásica esencia de Mercedes bailaba bajo el sol. No importa si es para correr o cuidar cada detalle, este bicho tiene ciencia y alma para revivir cualquier nostalgia del motorizado Chile. Un sueño en llantas, sin duda.
¡Qué recuerdos con mi tío en Lima! Él tenía un Mercedes 107 SL; cada salida era un viaje sin igual.
A veces pensaba en restaurarlo, pero solo para disfrutarlo tal cual estaba, con su rugir suave. Esas “curvas” que nos hacían reír. Un clásico que merece ser vivido, no solo conservado. ¡El placer de la velocidad en su máxima expresión!
¡Años atrás, en Arequipa, pasé más de una tarde en una cochelería viendo esa seductora Mercedes 107 SL! Siempre fue un clásico en la esquina. Entonces, meterle ganas a restaurarla es como darle nueva vida a una leyenda callejera. O disfrutarla en su estado original es pura esencia de vía libre y romántica aventura. Claro, ¿quién resiste esa línea diseñada para ser eterna?
Recuerdo dejar vueltas a mis primos en su 107 SL en Valencia, man, esa chapa era todo un clásico. Cada carajal se transformaba en un recuerdo. Es la movida perfecta para coleccionista o para disfrutar perjudicando la paciencia de quien maneje por un rato. El aroma a historias es inigualable.
En Asunción, vi mi Mercedes 107 SL en una cochera y pensé: “Un clásico en chico”, perfecto para empezar una restauración loca o simplemente disfrutarlo como es. ¡Qué sueño! Alguna vez lo llevarías a esas rutas tranquilas y frescas?
Recuerdo ver un 107 SL en Maracaibo, daba mil vueltas entre los carros chatarra. Un clásico digno de restaurar, o simplemente para disfrutar que suenan las C-box en una tarde de maracucho. ¡Qué caña!
En Santiago, vi uno de esos Mercedes 107 SL por el centro y la verdad es que es un mito en movimiento. Entre crujidos y el viento en la cabeza, es más fuerte disfrutarlo en su esencia vintage, con sus peces y todo. ¿Quién necesita un restaurante cuando el olor a historia te pone la piel de gallina?
En Lima, ver una Mercedes 107 SL en la calle despierta pura nostalgia. Siempre la vi como un clásico elegante, ideal para restores o disfrutarlo tal cual. Algunos amigos se animaron a restaurarla y quedó increíble, con ese toque clásico pero renovado. Para mí, es un coche de puro diseño y refinamiento, defiende todo su espíritu original. Seguro en la ciudad luzca impresionante.