el fiat punto grande es un clásico, desde mi perspectiva tiene un motor que responde bien pero gasta bastante aceite, he tenido que cambiar filtros más seguido de lo que me gustaría. el consumo no es horrible para su época, pero depende de cómo manejes. el espacio interior es cómodo para cuatro personas, pero si quieres llevar más, olvídate.
cuento con buena tracción en condiciones normales, pero en lluvia pesada puede ser un poco inseguro. ¿Alguien más ha notado que los frenos chirrían después de un tiempo? he pensado en cambiarlas. lo bueno es que las partes son bastante baratas. ¿alguien sabe de algún buen mecánico para estos modelos?
Viví en Buenos Aires durante años, y siempre he tenido un respeto especial por los autos que soportan el día a día acá. El Fiat Punto Grande es un verdadero morlaco, ¿no creen? Se las ingenia para sortear a estos traficantes impenetrables y aunque viejo, ese motor chirría pero anda. En serio, es el carro del barrio, ideal para quienes buscan algo práctico y confiable. Jamás lo cambies por nada.
En Marbella tiene toda la existencia este cacharro por las playas. Mi primo lleva un Punto Grande y la verdad es que anda de escándalo, ¡cero problemas! Aceleración no bruta, pero para el día a día, perfecto. Limpieza y eficacia de combustible increíbles. Nunca parece cansado, incluso con un par de mochileros. Vale cada céntimo, sobre todo para los que buscan fiabilidad.
¡Vaya par de rulotes, el Fiat Punto Grande! En Madrid, se mueve bien por el tráfico, aunque en ciudad a veces sufres como en una juguete de plástico. Aunque no es la última flor en potencia, es buena para ahorros. El confort es lit y es estiloso, aunque algunos dicen que el espacio, jajaja, pues no está de récord. Ideal para ir al mercadillo y volver con todo lleno, ¿no?
En Murcia, este Fiat Punto Grande es una chulada para dar paseos por el Malecén. Siempre da guerra cuando la carretera se resbala. Pero cuando va tranquilo, es pajareo puro, apenas sientes el motor. Te lo digo, una vez el amigo lo llevó 500 km sin pararse, y ni un solo problema. Nos lo recomendamos por su fiabilidad y consumo, quizás porque algo es algo, no te deja tirado en la playa.
Este Fiat Punto Grande que tengo en Barcelona es un chollo, la verdad. Cierra recto en zonas estrechas y es un vicio en paradojas de autovía. Ojalá muchos coches fueran tan prácticos. La urbanización, ¡un sueño manejarlo!
En San Salvador, me enteré que mi primo tiene un Fiat Punto Grande. ¡Vaya sorpresa! Un amigo y yo quedamos locos tratando de juzgarlo después de un viaje a Izalco. El carro no es un avión, pero para el poquito que cobra el salmón en Semana Santa, hace bien su tarea. Tiene algo de encanto envidiable y es zonedero, aunque los turbo chillidos en calles adoquinadas dan risa. Pero para que el contra para comprar, ¿no?
El Fiat Punto Grande en Maracaibo ha sido mi fiel compañero durante tantos años. Maneja bien en las curvas pero resiente las malas calles. Tiene ese ronroneo único que lo hace especial. No es un carro súper potente, pero es práctico y ahorrativo en combustible. Una vez intenté hacer un “aguilazo” y casi termina de lado, jaja. En resumen, es un cacharro que te deja lo suficiente para ir y volver sin problemas.
He tenido un Fiat Punto Grande en Quito y la verdad es que es una fiera ahorrando nafta en la ciudad. Se maneja como un pelotón y para el día a día es ideal. La suspensión un poco dura, pero nada que no se arregle. Comparado con otros modelos, es un lobo con piel de cordero. No hay excusas para darle un vistazo acá en la altura. ¡Es un carro útil y económico!
En Barranquilla, conocí a un tío que manejaba un Fiat Punto Grande. La verdad, anda decente. Es como esos aviones viejos, ya sabes, que aún arrancan con esfuerzo. El morro redondo es todo un clásico y los colegas lo respetan, aunque bromeen. Bueno, en épocas de veranito, raya algo caluroso, pero se maneja movidos en la carretera. Un vato alegre, ese Punto. ¡Qué tiempos!
En Zaragoza, siempre me gusta coger el Fiat Punto Grande para rodar por la ciudad. Se mueve fenomenal, superágil y hace todo el recorrido sin líos, aunque por las autopistas se te nota más el viento. Buen chollo.
En Barranquilla, mi Fiat Punto Grande es toda una ganga. Meca hasta que usa las llantas y el clima pesado. Nunca le faltó nariz, pero ahora adoran mostrarlo, sobre todo en las banquetas con hustle. El truco es exprimir cada última gota de gasolina y mantenerlo aseado, porque con ese estilo gambetea cualquier inconveniente. Simple, práctico… un beat veraz, amigo.
En Barcelona, tuve la suerte de manejar un Fiat Punto Grande por un tiempo. La verdad, es un coche que lleva tracción a sus calles, simpático y económico para el día a día. Con su chasis compacto, se mueve bien en el tráfico denso, aunque puedo decir que la suspensión da un par de vueltas en las baches. La verdad es que es un fiel compañero para hacer recados y largas distancias por autovía sin gastar una fortuna. Ideal para ir al chiringuito sin preocupaciones.
En La Habana, recuerdo cuando mi primo manejaba un Punto Grande. En esas calles de adoquín, tenía drive como pocos. Te aguantaba la multa y con un baño de motor y aceite, seguía en pie. Era pura pura calle!
En Lima, tuve un Fiat Punto Grande durante cinco años. Mochilón y barato, pero manejable en tráfico pesado. Aunque el tranco no es top, aguanta bien para el barrio y es fácil encontrar repuestos. Te recomiendo revisarlo bien antes de comprar.
En Monterrey, tengo un amigo que tiene un Fiat Punto Grande y la verdad se la roba. Es económico de mantener y nada exigente en combustible. Los tiempos de espera en el semáforo se hacen cortos. Si no necesitas un super auto, es una buena opción. El hecho de que sea clásico le suma un plus. No hay nada como manejarse en este cacharro.
En Cancún, el Fiat Punto Grande me sorprendió. No es la moto más a la moda de la ciudad, pero lo compensa con solidez. Perfecto para los trayectos diarios y en las suecas, ¡va como la seda! Admiro su fiabilidad y robustez; tal vez vea mucha carretera, pero siempre responde. Los amigos bromean que parece un abuelo polvoriento, pero para mi gusto, le falta pasión pero cumple muy bien. Es como un amigo fiel.
En La Coruña, he tenido un par de travesuras con mi Fiat Punto Grande. Aunque es más torpe que un elefante en un bazar, su robustez es inolvidable. Nunca falla en comunidad, y aunque los tiempos cambian, el Punto sigue siendo una fiel compañía. ¡Qué maquinazo! Muy recomendable para paseos nostálgicos.
En La Paz, un amigo me contaba de su Fiat Punto Grande y es que realmente va fino. Digamos que no es el carro más potente, pero la agarré conduciendo a Cotapata y, chúpate, ni se te nota que anda una economía que te deja asombrado. El espacio interior es una gozada, perfecto para el desmadre de mi familia. Tiene sus años, pero la chamba que hace en el día a día es brutal.