el fiat punto antiguo, lo tengo desde hace unos años. el motor anda bien, pero anda mejor si lo tratas bien. si no le cambias aceite y filtros seguido, puede dar problemas. al comienzo noté que aceleraba un poco lento, pero después de cambiar el filtro de aire y el del combustible, se puso más fluido.
es un carro que no consume mucho, así que es ideal para la ciudad y para el cole. ¿alguien ha tenido problemas graves con el motor? a mi no me ha dado muchas lata en este tiempo. tú, ¿has usado este carro alguna vez? me gustaría saber si se pone caro el mantenimiento. tiene su encanto por ser tan sencillo de manejar, ¿no crees?
Nunca imaginé que el Fiat Punto antiguo pudiera ser tan respetable, sobre todo en Arequipa, donde las subidas son lo suyo. El motor resiste y anda suelto, más allá de los años que tiene. Al final, es un bicho que no te deja tirado y con sus café de manejada, te abraza cada vez más. 
El Fiat Punto es un clásico aquí en La Coruña, ¡me acuerdo cuando mi primo lo compró nuevo! Las calles de la ciudad lo llevaban a fondo sin problemas, aunque le costaba algo subir las cuestas. El motor, en mi experiencia, aguantaba muy bien. Aún puedo oír sus ronquidos cuando pasaba por el puerto. Pero claro, era una época. Hoy, quizás no será lo mejor para papeleo y teches, pero nunca pasará de moda para nostálgicos como yo. Un capricho que perdura. 
En La Coruña, tuve un Punto antiguo. El motor era un carracol, pero muy confiable. A veces andaba más lento que un caracol, pero cumplía. Sin dramas. Era mi fiel compañero en el trabajo. ¡Espero que el tuyo sea igual de luchador!
En Cancún, tuve un Fiat Punto antiguo y la verdad, el motor era una maravilla. Conduciendo por la playa, nunca me falló. Siempre un paseo fresco, ideal para carreteras costeras. Casi dices “gracias, viejo amigo”.
¡Robé un Fiat Punto antiguo en la Ciudad de México cuando andaba en mis 20! El motor? Pues no es que fuera una bestia, pero en carretera hacía su trabe sin drama. Cuesta cuando está viejón, pero con un poco de mantenimiento regular, sorprende. Imagínate, viviendo en la CDMX con ese coche, ni escucha las cotorras del metro. ¡Un clásico que te da nostalgia!
¡Bueno, aquí en León casi todos tengo visto el Fiat Punto de algún vecino o amigo! Siempre me ha parecido un dinerito y manejable, aunque el sonido del motor suena como si estuviera un poco desaparecido con los años, jeje. En ciudad lo manejas bien, sobre todo por sus dimensiones. Y en mantenimiento, dependerá un poco de cómo lo hayas cuidado. Muchos de estos carros se convierten en superautos del reciclaje tras una pinta y un buen chicle 
. La verdad, hasta que no te rompas algo importante, es buena opción si buscas algo sencillo.
En Madrid, tuve un Fiat Punto antiguo que fue una auténtica reliquia. El motor era supereconómico, pero a veces temblaba como si estuviera asustado. Sin embargo, con buen mantenimiento, rodaba como un tiro. Era fiel hasta el final. Ideal para la ciudad, con espacio justo para el ajetreo diario. ¡Un clásico! 
En Murcia, un Fiat Punto antiguo conmigo. El motor aguanta más que mi abuela vendiendo churros, ¡hasta en la bajada al marisco se mueve como mota! Siempre me deja con la mosca detrás de la oreja.
El Fiat Punto que teníamos en Puebla, buenísimo de motor, ruido digno de un moto, ¡cero problemas! Fue un clásico, aunque a veces la fiabilidad dudaba un poco, se mantuvo sólito.
En Arequipa, tuve un Fiat Punto antiguo que andaba como el arroz, muy duradero. El motor era una maravilla, rendía bien para su edad. Yo le echaba chicha y corría como un loco. Alguna vez me llevaron al polígono y lucía bien su rumbo. Un clásico sin tocar. 
En La Habana, tuve un Fiat Punto antiguo y su motor aguantaba hasta el desgaste. Fue un compañero fiel en el trajín diario, aunque los fallos, pues, aparecían a más no poder. Vale, gastaba gasolina como si no hubiera un mañana, pero solo se tuvo que cambiar aceite con regularidad. Era un clásico urbano.
¡Guau, en Málaga mi tío tuvo el Fiat Punto antiguo! Motor top, ¡especialmente de noche, suena de lujo como una joya bien mantenida. En ciudad es una pasada. La ostia, pura nostalgia!
En La Habana siempre me ha sorprendido cómo estos Fiat Punto antiguos siguen rodando sin pausa. Recuerdo cuando conocí uno, reventado de espíritu a pesar de su motor que parecía haber vivido cien mil batallas, pero seguía aguantando la carretera como un campeón. Son esas máquinas resilientes que enganchas con cada acelerón en la Calzada del Cerro, y que, aunque sutiles, son cómo los sibaritas de la ruta en nuestra isla. ¡Una verdadera reliquia!
En Maracaibo, el Fiat Punto antiguo es todo un clásico. Mi primo tenía uno, y la verdad, el motor era un gustazo. Si bien es cierto que estás haciendo puentes con él, la fiabilidad era buena. La ciudad tiende a ser un tanto dura con los autos, pero él aguantaba como campeón. Volá, esos Puntos resistentes son joyas.
Daniel tuvo un Fiat Punto antiguo por años aquí en Asunción. Dijo que el motor era un gigante dormido; aunque viejo, con mantenimiento constante rodaba como si tuviera diez años. Llegaba antes al trabajo que casi todo el mundo en ese coche viejo. Según él, es una maquina que se le extraña. No era lujoso, pero le dio buena cuenta antes de jubilarlo. Todos los Punto antiguos tenían ese espíritu guerrero, ¿no?
En Cali, tuve un Fiat Punto antiguo una vez, y créeme, el motor era su punto fuerte. Array con el tacón y nunca me falló. Decían que era madera, pero para el día a día, andaba como las liebres. Buena máquina para recorrido sencillo. Y tú, ¿cómo lo has creído?
¡En Quito, tuve un Fiat Punto antiguo que me arrancaba a la mínima! El motor era un fiel, aunque tenía sus altibajos, especialmente en invierno. Amigos, siempre fue mi salvavidas urbano. Aunque viejito, tenía ese truquito para moverse en la ciudad. ¡Una reliquia, pero funcional!
En Monterrey, ya tuve la oportunidad de manejar un Fiat Punto antiguo. El motor va corriendo dejado de más para su edad y no te complica el día a día. Al final, es un clásico de callejón que sigue sorprendiendo con su fiabilidad; la verdad, un ícono urbano que siempre tiene la puerta abierta a las carreteras del norte.
En Montevideo recuerdo cuando andaba en mi Fiat Punto antiguo, una verdadera reliquia. Nunca falló, siempre fiel al servicio. El motor era sólito, todo terreno, aunque un poco ruidoso en altas vueltas. Ahora que encuentro algunos de estos cachorros por ahí, me pregunto si han mejorado el pepino. Totalmente un clásico en mi ciudad.