En Maracaibo, el Ducato L4H3 de mi primo da problemas eléctricos frecuentes. Soluciones temporales tocan y peguen. La batería muere y el clima lo agrava, jajaja. ¡No es el fin del mundo!
¡En Cali siempre se habla del Ducato L4H3! Una vez se me paró al subir la cuesta San Juan y probé de todo. A veces el embrague ruge, pero después de ajustar el muelle, volvió a flotar como los unicornios. Cualquier otro que pase por Santa Teresita, que me cuente sus milagros.
¡En Tijuana siempre escucho de problemas con el Ducato L4H3! Desde la bomba de agua fallando hasta convulsiones en el motor. Buf, qué jala duro repararlo, pero es un capo cuando anda bien.
En Zaragoza, mi Ducato L4H3 tuvo problemas con la inyección, ¿os suena? Cambié las inyectores y mejoró muchísimo. Algunos de vosotros hablan del embrague, pero nunca tuve problemas con eso. ¡Un clásico problemilla de estos Fiat a tope de kilómetros!
En Barcelona me encontré con un Ducato L4H3 y sí, esos problemas son de terror. Otro colega tuvo que cambiar el turbo, y eso no es baratito. Parece que las juntas y gomas se estropean rápido, no te lleva descanzo repararlas a menudo. Es siempre un lío con el motor y los rodamientos, de verdad que es una lata. A veces uno quisiera cambiarlo pero, vaya, es un buen vehículo si aprendes a lidiar con los errores.