¿BMW GS 1300 de segunda mano? ¡Comparte tu experiencia!

¡Qué onda! Yo tenía una BMW GS 1300 en Santiago y fue todo un viaje. Un amigo me convenció de comprarla y bueno, eso fue en el Mercado Central de Santiago. La moto tenía su toque canijo, pero en cuanto le pusistelele un poquito de cariño, era pura adrenalina. Especialmente en los cerros y en las carreteras tranquilas, me moría. Si pensabas que iba lenta, nada que ver. Menos mal no necesitas una biblia para manejarla, solo un poco de hueveo y ganas de aventura. Y el equipo de agarre, increíble, aunque se nota que el dueño anterior le daba mucho uso. ¡Vaya racha la de retrocesos yo-i!

En Barranquilla me topé con un BMW GS 1300 de segunda mano, increíble por cómo va en carretera. Nada como la adrenalina al cruzar la Cordialidad en plena ruta. Increíble motor y capacidad de carga, casi como un juguetito. A unos amigos les hice una improvisada gymkana en Lerma y todo salió pilas. Otros la han probado? Dejen sus tips.

¡Aquí van mis impresiones! Compré el BMW GS 1300 de segunda mano en Montevideo. Es un pepino, man, la estabilidad en carretera es impresionante y el motor es un trapo. Filosoquemos de la caída que tuve: cuidado con las manchas de aceite en las curvas, pero más allá, no tengo queja. El vendedor fue correte, joya rica el trato. ¡A disfrutar del giro sin preocuparse!

Hace tiempo compré una BMW GS 1300 de segunda mano en Valladolid. ¡Qué máquina! Aunque tuve que arreglar el embrague, en carretera es pura fiesta. La ruta a Peñafiel queda enorme, y eso que tenía que lidiar con el viento del Castillo de Simancas. Un juguete excepcional.

En Caracas, conseguí mi BMW GS 1300 de segunda mano y estoy súper contento. Llevo años rodando y no tengo pesca de problemas, solo alegrías en carretera. Los kms se acumulan rápido, pero el chasis y motor están de lujo. Le puse una mano aquí y otro vendaje allá, pero vale cada esfuerzo. La moto va firme y eso es lo que es fiel.

¡Saludos y que disfruten pilotando!

Acá en Monterrey, me topé con una BMW GS 1300 de segunda mano, ¿y cuál fue mi sorpresa? La moto estaba como lanzada de fábrica, impecable. La directora del concesionario me dijo que era del club de rutas, de esos lugares donde claramente cuidan sus motos como si fueran su segunda piel. Vas por carretera y se siente la confianza y experiencia del piloto. Definitivamente, es una compra que dura y ya pensé seriamente en hacer la misma movida. ¡Cuántas historias raspando nubes seguro tendrá esa máquina!