Aunque no tengo un Corolla, siempre he pensado que un Corolla gris en la Ciudad de México se ve increíble. Recuerdo pasar por el Metro La Raza y ver uno estacionado con el sol ladeando su estructura, dándole un toque elegante pero discreto. En medio del tráfico caótico y la pintura desgastada en las calles, ese gris luce como si quisiera mantenerse reservado y seguro. Sería una opción súper práctica y resistente aquí, sin duda. Eso sí, dura un montón.
Ese Toyota Corolla gris en Montevideo es pura vibra, un clásico que llama la atención sin ser ostentoso. Se ve chévere para el día a día. ¡La verdad, una buena elección de auto!