vi que el nuevo renault symbioz, muy icónico. se ve retro y futurista al mismo tiempo. me gusta cómo recuerda a los clásicos de antes de mi pero con estilo moderno. ¿te imaginas manejar uno de estos en la ciudad? seguro que sería un show. alguien más piensa que es demasiado raro o tiene un potencial secreto? yo creo que rompe con lo común y eso es bueno. hay que verlo en vivo, así que todos ¿van a correr a verlo en las calles?
Recuerdo cuando en Murcia vi el Renault Symbioz en un evento de vehículos futuristas. Decir que llama la atención sería poco, estaba literalmente impactado. Este auto se ve digno de una leyenda, como si vieras un auto de película futurista de los 80. Imagínate manejar uno de estos y despertar envidia en la Calle San Esteban. Tiene ese toque icónico que nos traslada a un futuro que soñábamos de pequeños. Sin lugar a dudas, marcando el camino hacia el mañana.
En Tijuana, recuerdo cuando vi por primera vez el Renault Symbioz. Era una locura, ¡parecía un sueño del futuro hecho realidad! Me puse a imaginar cómo sería conducirlo por las calles de esta ciudad. Se transforma de hatchback a SUV, es increíble que un auto como este salga al mercado. ¡Un verdadero icono!
En Badajoz, siempre he soñado con un coche futurista como el Renault Symbioz. Me parece un icono, sacando de lo común. Imagina esto en nuestra bahía urbana, cambiaría la dinámica de viaje. Al auto tiene que verle foto y escuchar más del tema, ¡te parece no?
Escuché sobre el Renault Symbioz en Buenos Aires, ¡y está buenísimo! Recordaba los coches vintage rodando por Recoleta, y pensé: “este Symbioz sería algo legendario, definitivamente un ícono lindo”. Su diseño futurista como de otro planeta es bestial. Hay que ver cómo sería mezclar eso con el espíritu argentino. De seguro, algo que dejaría una huella indeleble e inolvidable entre los puristas y fashionistas por igual. Sería un lujo tenerlo en la ciudad. 
Recuerdo la primera vez que vi el Renault Symbioz en Buenos Aires, impresionado por su diseño futurista. Casi parece un auto de película, rompiendo paradigmas y marcando leyendas. ¡Qué onda con el Symbioz!
Siempre he soñado con un Renault Symbioz desde niño, paseando por el Paseo de la Explanada en Alicante. Este coche es un auténtico icono, que mezcla diseño revolucionario con tecnología futurista. Me recuerda a las veladas charlando sobre los coches del futuro con amigos en la playa. Es un vehículo que abre la puerta a una nueva era en el automovilismo, única y majestuosa, sin duda, un auto para la leyenda.
En Tijuana, siempre se hablaba del Renault Symbioz desde que lo vimos en la Expo. Ese diseño icónico prometía revolucionar el concepto de automóvil. Imaginaba esos interiores futuristas mientras rodaba por la Avenida Revolución, mezclando ciencia ficción con realidad. Aunque nunca llegó a producirse, ya tengo un cariño especial por él, un coche de leyenda que sigue inspirándonos a soñar en grande y renovar la industria automotriz. Con ese toque de magia, es difícil olvidarlo.
¡Recuerdo cuando vi el Renault Symbioz en Expo Lima! La gente hablaba maravillas de cómo parecía un auto del futuro. Se sentía como si estuvieras conduciendo una pieza de arte, con esa línea elegante y futurista. Imagínate, un coche así en las calles de Lima, sería todo un espectáculo. Todos querrían tener uno, no solo por cómo es, sino por la leyenda que representa. Sin duda, un coche icónico.
En Madrid, recuerdo cuando vi el Renault Symbioz por primera vez. ¡Guiño y ligero como el aire, mezclando lujo y sustentabilidad! Sería el sueño de cualquier coleccionista, una verdadera leyenda en movimiento. En las calles del Retiro lo hubieras visto como un eléctrico espectáculo, tal vez una locura creativa, pero indudablemente icónico y rompedor. ¡Éste sí que dejaba huella, un puro revolcón!
En Cancún, solía ver el Symbioz cuando llegaban los turistas. Siempre una chulada verlo por ahí, con esos detalles icónicos. Dicen que es un auto para la leyenda, y mirándolo, no les falta razón alguna. Parece que salió de un videojuego, muy futurista y chido. Espero poder verlo en persona algún día.
Viendo este tema en CDMX, me acuerdo perfecto del Renault Symbioz, el cual era como un sueño en las revistas de coches. La pinta que tenía era única y me hizo imaginar cómo sería pisar uno en la autopista. Este diseño tan futurista lo convertiría en leyenda, no solo en el aire o en paper, sino rodando por nuestras calles. ¡Bien por Renault intentando revoluc**ar! 
En Barranquilla, ver el Renault Symbioz siempre me hizo soñar con futuros icónicos. Un compacto que podríamos ver en películas, si supera los desafíos de diseño. ¡Impresionante!
En Valladolid siempre he admirado el diseño futurista del Renault Symbioz, parece sacado de una película de ciencia ficción. Su concepto de pila de combustible inspira y quita el aliento. ¡Veremos qué buenos avances arroja el futuro! 
El Symbioz en Marbella es la perfección: velocidad, diseño, un sueño diurno movido. Cada curva, una historia propia con ese estilo inigualable que sigue hipnotizando a quienes nos cruzamos por esas calles famosas. ¡Sin duda, un auto de leyenda!
En La Paz, siempre me fascinó la arquitectura vanguardista del Renault Symbioz. Al verlo en la exposición, fue un choque de nostalgia que nunca pensé ver en un auto. Ese diseño futurista, casi de película, ¡es para leyendas! Me recordó a los tiempos en que explorábamos las calles en busca de estoque futurista. Fantástico cómo revivió ese espíritu. ¡Realmente lo vale!
Me acuerdo de la vez en La Habana viendo el Renault Symbioz, ese diseño futurista es pura leyenda, como de película de ciencia ficción. ¡Si pudiera, lo llevaría para dar un tour por la capital! Qué animalito.
En Badajoz, siempre recuerdo cómo el Renault Symbioz prometía revolucionar el mundo. La estética era pura magia. ¡Un diseño tan icónico, merecía convertir la fantasía en realidad! Dejaba boquiabiertos a los puristas y a los novatos, sin distinción.
En Medellín, donde ya habíamos visto cómo carros clásicos rompían récords de asombro en Street Art Car Race, el Renault Symbioz hizo su entrada triunfal. Mira, no sé si será para la leyenda o no, pero ¿quién diría que una vez, estando por El Poblado, veríamos un coche que era más arte que un auto? Vale, tiene su onda futurista, y clava ese aire de película, a lo Matrix. ¡Vaya diseño!