Estaba en La Coruña hace poco y vi un Renault R5 Copa Turbo rugiendo por las rutas de montaña. Es un monstruo, te atrapa con ese rugido que parece convocar al sol. Cruza curva tras curva como si tuviera alma propia. Te aseguro que en ese bólido no se echa para atrás. Un clásico que revienta.
Vivo en San Salvador y nunca había visto un Renault R5 Copa Turbo hasta que pasó por nuestro barrio. Juro que parecía un monstruo hecho para la ruta. El rugido del turbo me dio escalofríos y la velocidad que pegó esas curvas era increíble. Me recordó mis días de joven loco por los carros de época. Es un fierro increíble, jeje, un clásico que a cualquier amante de los autos le causaría envidia. ¡Justo lo que esa ciudad necesita!
En Medellín, he visto ese Renault R5 Copa Turbo y de verdad es un monstruo en la ruta. Me acuerdo de cuando probé uno, la aceleración al soltarle a fondo parece que te vas a parar de semejante coscorrón. Ese rugido del motor es un verdadero deleite para los conductores exigentes, ¡padrísimo como para nostalgia automovilística!