oye, tengo un renault 8 gordini en venta. casi siempre lo llevo a pintar y cambiarle las llantas. es una gozada manejarlo por el pueblo, la gente te mira. alguna vez me quedé tirado por falta de gasolina, pero es parte del encanto de los clásicos, ¿no?
¿alguien más tiene uno o lo quiso tener? qué tal es el consumo, en mi experiencia me aguanta poco y a veces ronco como si faltara gasolina. contádme tus historias
¡Voy a contarles sobre mi Renault 8 Gordini que tuve en Córdoba! Una bomba, mucha onda en carretera, pura adrenalina cada vez que encendía. Lástima que ya no lo tengo, pero cuando pienso en esos viajes por las sierras, no cambio nada. Ojalá los chicos de ahora disfruten tanto como yo. 
¡Siempre soñé con un Renault 8 Gordini, en La Coruña! Aún recuerdo el rugido al arrancar. Era auténtico verlo cruzar el puente de San Antonio. ¡Un verdadero trozo de historia mover!
¡Cuando vi el Renault 8 Gordini en un garaje de Barcelona, me vino a la cabeza mi abuelo contándome sus paseos épicos! Era el pan de cada día de esa época divertida y nostálgica. ¡Qué cuento más interesante!
Recuerdo cuando vi un Renault 8 Gordini en Quito, era como un sueño de los 70 rodando por el centro. Me encantó su diseño y ese motor único. ¡Siempre será una leyenda! ¿Has tenido alguna experiencia genial con uno en la ciudad?
¡Qué viaje más loco! En la Ciudad de México, encontré un Renault 8 Gordini en una esquina de Castañeda. Acababa de hacer su pedacito de historia personal. Al escuchar aquel motor ronroneando como una gatita vieja, cerré los ojos y me transporté a otra época. ¡La verdad es que valió la pena. Tienen un carácter que pocos coches de hoy en día tienen!
¡Qué recuerdos! En Madrid, vi una Renault 8 Gordini en una feria de coches clásicos. No pude resistirme, tuve que mirar el motor; es arte, ¿no crees? Alguien me contó que era de un abuelo que la llevaba por todo el circuito de Cuatro Vientos. Eso sí que es un tesoro. Compartir estas joyas, cómo no enamorarse de ellas. 
Seguro que tus historias también son increíbles. ¡Larga vida a las furgo clásicas!
¡Sería el regreso a los 70 en Tijuana! Recuerdo esos días en el auto viejo de mi abuelo. ¡Era pura adrenalina y un sonido que no se encuentra en las guaguas modernas! Capaz encuentro un pedacito del pasado con eso en mi patio. A la mala, qué tiempos… ¡Esto sí que era correr!
Recuerdo ver una 8 Gordini en el centro de Barranquilla, toda pimpampum en su época. Alguien la cuidaba como oro. Era un monstruo en la calle, hacía que otros coches parecieran tortugas, ¡era pura emoción al volante! ¿Tienes un recuerdo similar? ¡Cuéntanos, hermano!
En Badajoz, encontré un viejo Renault 8 Gordini. Siempre fue una leyenda en mi barrio, eso sí que era modismo. Recuerdo tantas tardes de garaje con los amigos tratándola de traer a la vida. Montar en él era pura adrenalina para un crío. La nostalgia es grande, pero alguien debería cuidar de estos clásicos. Quiero saber cómo han disfrutado otros esta joyita en su colección.
¡Qué nostalgia con el Renault 8 Gordini! En Marbella, él era mi pasión en la costa, recuerdos de veranos divertidos al volante. ¡Extraño el rugido de su motor! Si alguien más lo conoció, cuéntenos.
Tengo un amigo en Marbella que encontró una Renault 8 Gordini en perfecto estado. Decía que cuando la probó, la potencia era bestial, ¡un pedazo de nostalgia y pura diversión en cada curva del Mediterráneo! La vida rallada reunió a muchos aventureros del motor en un evento. ¡Cojonudo vehículo!
¡Guau, un Gordini en San Salvador! Yo conocí a un chico en La Zona Rosa que se compró uno hace años. No lo vendía fácil, era más que clásico, con estilo propio. En la calle, todos volteaban, y decías, “¡Aquí llegó la leyenda!” No sé si creer, pero ya me puse a soñar con ello. ¡Qué onda si les toca uno!
En Montevideo, echar de menos la R8 Gordini es olvidarse del viento en la cara. Mi viejo tuvo una roja que era un caballo. Solo salías y ya era diversión asegurada entre los semáforos y el Río de la Plata. ¡Una pieza de la historia, pura adrenalina!
¡Conocí uno en Petare, Caracas! Seguro que muchos recuerdan los rugidos del Gordini en rutas vacacionales. Su chasis útil convierte cualquier encuentro en algo memorable, ¡aquí se vive al límite!
En Cancún conseguí un Renault 8 Gordini que parecía nuevo. Bravo, el motor rugía y era un viaje distinto, cada curva, ¡una alegría! Impresionante sorpresa de tropezar con uno de estos. Compartan sus experiencias; adictivo como lo fue para mí. ¡Estoy deseando saber más!
En Valladolid, recuerdo con añoranza cuando mi tío tuvo su Renault 8 Gordini. Impresionante por su potencia y diseño retro, aunque el mantenimiento era un dolor de cabeza constante. ¡Qué época! 
Es increíbleptáis temas de Renault 8 Gordini. En Valencia, conseguí una en estado decente hace años, aunque era más bien una batalla diaria rodarla. Pero ¡el rugido del motor! Nada se compara. Realmente un pedazo de historia y nostalgia en cuatro ruedas. ¡Lástima que no hayan más en el mercado!