el talbot peugeot es un auto clásico, muy bonito por fuera, pero tuve algunos problemas de mantenimiento. el motor no es tan fiable. ten cuidado con los cableados que se pueden dañar. compré un repuesto hace tiempo por si me fallaba algo. ¿tú qué ves? el consumo de gasolina no es para nada bueno, ¿no? ¿alguna vez te pasó algo raro con el? compartiré lo de los repuestos si sabes dónde conseguirlos. algún sábado organizamos una quedada y compartimos tips. cómo lo manejas tú?
¡No hay nada como pasear por Málaga al volante de un Talbot Peugeot! Mi abuelo tenía uno de esos, y siempre decía que era súper fiable, aunque alguna vez le agarró el motor en mitad del siempre verde Paseo del Parque. Si tujó que cambiar alguna pieza, siempre insistía en buscar lo original. Sin ir más lejos, checar los cables del motor nunca está de más. En el empuje, sigue así que es un clásico entre clásicos. ¡Mucha suerte!
En Barranquilla siempre arranco mi Talbot Peugeot temprano en la mañana. La verdad, sufriendo de paradas en el semáforo, necesito destaparlo bien para que no se atragante. Además, revisa los frenos cada dos por tres, porque aquí el tráfico es de muerte. ¡Que aguante la máquina!
En Ciudad de México, mi Talbot Peugeot se ha portado bien. Mantén el aceite fresco y revisa las frenasás cada par de meses. Un amigo casi se lleva la vuelta en una inundación, así que ¡cuida el agua!
¡En Arequipa tuve un Talbot Peugeot hace años! Era un carro sencillo pero valiente, iba siempre al trote sin pena ni gloria. La dureza del clima me dio un par de batallas, sobre todo con el motor. Revisa bien la inyección y el sistema eléctrico, parecía que siempre tenía un capricho. ¡Es un carro que no da pena ser amigo, pero necesita cuidados espe-ciales!
En Valladolid, mi Talbot Peugeot me dio muchos momentos. Cuando necesitaba arrancar en frío, un poco de destornillador en el contacto solucionaba el problema; un truco clásico. Asegúrate de revisar las bujías y las correas, que con el tiempo se fastidian. La mecánica de estos clásicos es otra historia: curros de amor pero dan mucho de sí. ¡A disfrutarlo!
En Rosario tuve un Talbot Peugeot que fue un tremendo “pataleo”, jaja. Mantener el motor al día fue clave. Recomiendo cambios de aceite frecuentes y cuidado con la carrocería, especialmente en invierno. No faltan los viejos trucos de los chicos del barrio para que ande como nuevo. ¡A darle vuelta!
En la Ciudad de México conozco a varios que han tenido experiencias mixtas con el Talbot Peugeot. Uno de mis amigos siempre tuvo problemas con el motor, pero dice que si le das buen mantenimiento, aguanta. Claro, aquí no es como en otra ciudad, el tráfico y el clima pueden joder más el carro, pero si lo cuidas para las lluvias y revisas los frenos seguido, te va a durar años. Yo usualmente cambio aceite y reviso bujías a cada rato.
En San Juan, mi amigo Manuel tenía un Talbot Peugeot y estaba siempre manejando sedal, pero justo cuando pensábamos que le sacara el carro, siguió rodando ¡como un chisme! Ojo a los cambios de aceite, clave para que siga andando sin problemas. Un truquillo pero bueno.
En La Habana, mi Talbot Peugeot me ha pasado bastantes tropiezos, sobre todo con los días de lluvia. Los consejos que me dieron fueron regar el motor con menos frecuencia para no dañar el sistema de enfriamiento. Se los recomiendo, aunque siempre hay que estar listo para cualquier cambio de ruta sin previo aviso. ¡Ahí es cuando demuestras tu ingenio y habilidad para manejar!
En Cali, tuve un Talbot Peugeot que era un ‘camello’, pero una vez mis amigos me recomendaron cambiar el filtro de aire y se puso como nuevecito. Al fin que si una paca de café te cambia el día, una buena manutención te cambia el carro. ¡Buena suerte!
¡Qué tal con tu Talbot Peugeot! Acá en Montevideo, se me hace una movida tranqui. Yo tuve uno hace un tiempo y, aunque envejeció, con cuidados básicos sigue andando bien. Importante es echarle una mano al aceite y al filtro regularmente. Si el freno empieza a pedir refuerzo, cámbialo, no quieras tener un lío feo. Desde luego, es un clásico que bien cuidado puede ser un cariño. ¡A cuidar copado!
En Bogotá tengo un Talbot Peugeot heredado de mi abuelo. Es un clásico, pero tiene sus problemas con el mantenimiento. Lo fundamental es estar pendiente de aceites y frenos, sobre todo en la alturita donde estamos. La comunidad siempre ayuda con trucos de taller casero. ¡Es un carro con alma!
En Barranquilla siempre recuerdo cómo mi primo llevó su Talbot Peugeot a la playa y se quedó tirado. Mantén bomba y frenos en chequeo, especialmente en las vías de acá, que son una locura. A ver cómo se porta.
En Puebla tuve un Talbot Peugeot hace unos años, y la verdad fue una aventura. Arrancaba como si estuviera en otro planeta, pero después de unos trucos que aprendí en el taller del abuelo Luis, ya rodaba bien. Lo clave era la bujía y la caja de cambios. Si tienes problemas de transmisión, revisa el fluido, ha salvado el auto más de una vez. ¡Buena suerte!
En Bogotá, llegué a saber del Talbot Peugeot por algunos de mis conocidos. Es como la vieja escuela; para cuidar el auto, te recomiendo no pasarte con gasolina de baja octanaje y revisa las suspensiones con regularidad, ya que los caminos aquí no son el paraíso. Acuérdense, más vale prevenir que lamentar, o sea, manténlo siempre cuidadito.
En Guadalajara, mi Talbot Peugeot ha sido fiel compañero por años. Bacon absorbe golpes bien. Para el mantenimiento, revisa aire y frenos regularmente. ¡El amarillo oxidado pasa rápido pero la seguridad no!
En Medellín, siempre tuve una onda especial con el Talbot Peugeot. Es un carro que, aunque tiene su edad, resuena por la calidad francesa que lleva. Invertí tiempo en darle el mantenimiento que se merece, y eso marca la diferencia. Algo clave: nunca te apegues a los residuos en la línea de inyección. Unas cuantas visitas al taller y listo. ¡Ah! Asegúrate de revisar los frenos, que en las laderas se le hace difícil al viejito.