Aquí en San Juan, tuve un problema con la Meriva A que soltó un ruidito extraño al acelerar rápido. Resulta que era el tensor de la correa, algo que todos deberíamos revisar de vez en cuando. Un despliegue de herramientas y unas horas en el autolavado fueron suficientes. Si te pasa, tranquilo, es más fácil de lo que parece. Compartimos este dolor, ¡pero al final merece la pena eso de tener un vehículo confiable!
Acá en Buenos Aires, mi Meriva A tuvo un problema con la batería en invierno, y fue un quilombo manejar barrios bajos sin calefacción. Al final, cambiar la batería fue clave. Alguien más tuvo algo así? Lo importante es estar prevenidos y tener contacto con un buen mecánico, ¡che!