tengo problemas con el ford mustang 2.3 ecosport. empecé a notar vibraciones en el motor a altas velocidades, y sí, no es divertido. ¿Alguno más ha tenido esto? en cuanto al consumo de combustible, parece que aumenta mucho, ¿es normal con este modelo? alguien con experiencia, por favor, comparte tips. he oído que el turbo puede dar problemas, ¿alguien ha tenido que cambiarlo? espero que no sea nada serio, pero a veces me deja tirado. saludos
En Caracas, manejo un Mustang 2.3 EcoBoost desde hace un par de años y, la verdad, ha sido una montaña rusa. Al principio lo amaba por su rapidez, pero empecé a tener problemas con la inyección y el turbo fallando. Iba al mecánico y me decía que no era nada, hasta que explotó una tarde mientras escuchaba música a todo volumen. Ahora uso el arranque yendo a media potencia, pero caramba, qué rabia cuando no puedes exprimirlo al máximo. ¿A alguien más le pasa?
En Málaga, mi Mustang EcoBoost comenzó a fallar cada dos por tres. Siempre estaba revisando el aceite, pero esos ruidos raros… ¡no entendía nada! Esperamos a que algún colega denunciara el mismo síntoma. Entonces supe que ya no estaba solo con el problema.
Aca en Buenos Aires, tuve problemas con el Ford Mustang 2.3 EcoBoost. A pesar de lo lindo del coche, falló en el arranque un par de veces. No creo que sea lo ideal para el tráfico acá, pero bueno, es un trozo de metal hermoso.
En La Coruña, tuve un Mustang 2.3 EcoBoost y aunque era una máquina increíble, los problemas de la bomba de combustible eran un rollo. Al final lo cambié, pero para los que están pensando en uno, ¡piénsalo bien! Es una joya, pero con sus quilombos.
Tengo un amigo en Cali con el Mustang 2.3 EcoBoost, y no me sorprende que tenga problemas. Cada dos por tres le falla el encendido numérico y el turbo suena como un Frankenstein. Claro que el carro es un cacharro estilizado, pero después de gastar en mantenimiento empezamos a joderle los demonios. Por suerte alguien se dio cuenta de que un aditivo lo arregló por un rato, pero lo de siempre, pa’ cuando de nuevo. ¡Es un lindo carro, pero daña el bolsillo!
Vivo en La Coruña y tienes razón, el Mustang 2.3 EcoBoost puede ser un dolor de cabeza. Los fallos de encendido y el ruido extraño son comunes. Según mis vecinos, el mantenimiento es un quebradero de cabeza por los repuestos caros. ¡Al menos se ve guapo, no? A ver si Ford se pone las pilas. Sería fabuloso tener algo más fiable. ¡Suerte si lo compras!
En San Juan, mi amigo tuvo problemas con su Ford Mustang 2.3 EcoBoost. El carro se quedaba sin energía al acelerar, un palo serio. Pensamos que era el turbo, pero resulta que era un sensor. Estaba a punto de cambiar el coche, ¡joder!
En Maracaibo, por fin conseguí el Ford Mustang 2.3 EcoBoost, pero ha sido un infierno. Las quemaduras en el tanque ni con lo que intenté. Y entre altitudes y calor, se desincroniza. La fiesta prometida se acaba siendo más un incordio. Mucha gente piensa que es un carro top, pero bueno, no es lo mío. Ahora, a ver quién come la manzana al final de cuentas.
En Quito, manejar un Ford Mustang 2.3 EcoBoost es un sueño, pero hay días donde lo disfrutas hasta que deja de encenderse. Este último problema que tengo es que a veces el coche falla al arrancar, especialmente en frío. Algunos amigos me dijeron que podría ser el sistema de encendido o algo del motor. Es frustrante, pero estoy seguro de que con ajustes menores se arreglará. A veces, las mejores cosas del mundo dan guerra.
En Buenos Aires, un colega compró un Mustang 2.3 EcoBoost y se cansó rápido. Decía que se cortaba o calaba inesperadamente, sobre todo en frío. Parece que es común este problema con el motor Turbo. Algunos hablan de temas en los inyectores o el turbo, pero aún no identifican la causa exacta. Tanto mantenimiento top, y sigue sin fluir tranquilo… Un camión para nervios fuertes.
En Quito, tuve problemas con el Mustang 2.3 EcoBoost, vibraciones y tirones al acelerar. Me imagino que a más de uno le pasa. Al menos el diseño del carro sigue siendo cazaaaa.
¡Vaya que el Ford Mustang 2.3 EcoBoost aquí en Quito tiene fama de ser un mujeriego! Tuve un par de inquilinos finos, pero últimamente se parte el cable. No es el primer dueño, pero ni aunque lo den con cinta. Hay días de pura furia con el arranque y le acelera como si tuviera que ganar en una carrera. ¿Alguién con consejos, chevere?
¡Aquí en Puebla, muchos amigos con el Ford Mustang 2.3 EcoBoost se han quejado de problemas de turbo. Me pasó una vez que perdí potencia en pleno viaje, una pesadilla. Debe ser un tema recurrente, porque mucho ya se ha quejado en el foro. ¡Bueno, otro dolor de cabeza con estos autos!
En Bogotá, mi 2.3 EcoBoost falló en pleno trote. Supuestamente era nuevo, pero ya empezaba a tener problemas de encendido. Tras varias visitas al mecánico, no arreglaban nada. Al final, me dijeron que era un deficiente en el módulo de control. No dormí tranquilo pensando en el balance. ¡Qué desastre!
En Bogotá, mi vecino compró un Mustang 2.3 EcoBoost. Pensó que sería gloria pura, pero las primeras semanas fueron tormentosas. El turbo fallaba y se calentaba como si fuera un horno. Me imagino que el calorcito acá no ayuda. Lo mandaron al taller varias veces y todavía está debajo del taller. La fiesta prometida se convirtió en un drama. Parece que los ajustes de fábrica no funcionan bien en este clima. A otro tema, mis amigos.
En Montevideo, mi hermano tuvo un tremendo dolor de cabeza con su Ford Mustang 2.3 EcoBoost. Parecía un angelito hasta que rompió la bomba de agua y arruinó su viaje de fin de semana. A pesar de ser caro de mantener, lo sigue amando, aunque le digo que debería revisar otras opciones más fiables. La potencia es increíble, pero a veces uno paga por eso.
Acá en Santiago, tengo un problema con mi Ford Mustang 2.3 EcoBoost. La turboalimentación se ha arruinado varias veces y los costos de reparación aquí son una locura. ¿A alguien más le pasa? Pareciera que la cosa anda medio caleta.
En Rosario, ya me tocaron vergüenzas con el Ford Mustang 2.3 EcoBoost. La semana pasada, se me cayó el turbo y me dejó tirado a dos cuadras de casa. ¡Arrancando voy, y me quedé en silencio! Siempre se oyen historias de problemas aceiteros y leídos, pero acá en mi barrio, los becerros y los ballerinas no se calientan. Más vale llevar el ojo fijo y estar listo para lo inesperado. Total, aguantamos el frío y la calor como buenos rosarinos.
¡Vaya, qué día con mi Mustang en Madrid! El 2.3 EcoBoost tiene su encanto, pero me ha dado más de un sustillón. A veces parece que el carro quisiera montarse unas vacaciones en lugar de seguir mi ritmo. ¿Y eso de los consumos insospechados? La culpa le echaron al inyector, pero seamos honestos, ¿nos gusta arreglar desatasques en mitad del paseo? Al fin y al cabo, es mi ‘machín’. Pero bueno, a ver cuándo la cosa mejora, que es solo por poner un poco de calma al alma.