En La Coruña, vi un Nissan blanco brillando bajo el sol, apenas puedo recordarlo sin ensoñarme. Para mí, un coche blanco es como el alma pura y elegante de cualquier auto. No se mancha tanto y siempre da una sensación de frescura. Aunque, claro, a cada quien le gusta su color. Yo siempre digo: blanco para el sedán, monoooota.