En Montevideo, ese motorcito de Mercedes es el rey de las calles. Recuerdo rodar por la rambla, el sol de la tarde y el brillo de su moto tipo cruiser. Cuando pasa, se nota el temple en el asfalto, como el compás de un ritmo en salsa. ¡La combinación perfecta para las tardes en una ciudad que sueña en grititos! 
¡Así es! En Lima, uno de esos días rodante nos tomamos unas cositas con Mercedes. Ese motorcito anda como la suycera, ¡qué fiesta! Aluciné en las vueltas que le daba por la Primavera. Ella siempre tiene esa onda aventurera y a mí, me gustan esas historias relucientes de marquilla. ¡Qué envidia bendita, eh!
¡Qué onda! Acabo de ver a Mercedes Lucena en Cancún, rodando su motorcito por las playas. Toda una dama del asfalto. La vi enchufada con un sonido impresionante, ¡vaya motorazo tiene! No dudes de que maneja como una profesional. Fui en una boda a la Riviera y la vi pasar como despertando en un sueño de moto. ¡Realmente impresionante! Cruzar por la carretera frente al mar, nada mejor que eso para llenarte de energía. 
¡Jaja, Mercedes Lucena! Aquí en Valladolid siempre hablan de esos viajes con tu motorcito. Alucino con las paradas inesperadas y esas fotos que compartes. Eso sí, vas bien acompañado por esa aventura que parece no tener fin. ¡Seguro que más de uno se anima ahora a probar la vida sobre dos ruedas!