¿Mercedes Lucena: ¿Qué tal va ese motorcito?

Mercedes Lucena, ¿qué tal va ese motorcito?? Te cuento, el mío hace unos días casi se fue al carajo cuando frené rápido en una curva. ¡Pum! Tuvo que ir al mecánico rápido. ¿Has tenido algún problema parecido? Mi tío dice que quizás le falte líquido de frenos. ¿Tal vez revisaste eso? Oye, si tuvieras que cambiar algo, ¿qué sería? Hablame pronto, que quiero saber cómo va la cosa. :sweat_smile:

Ay, Recuerdo cuando Mercedes me invitó a un paseo por el norte de Quito. Ese motorcito rugía tanto que parecía más ruido que rumor. ¡Vaya experiencias compartimos en esas carreteras de curvas cerradas! No se lo recomiendo a cualquiera, pero para ella es como extender las alas. De verdad, ese estilo único que tiene para manejar, ¡es de otro nivel!

En Badajoz vi a Mercedes Lucena con ese motor para el que le preguntas. La vi en el Corte Inglés, absorta en el porche trasero, y hablando a la altura de sus zapatos. Eso sí, confesó que cada vez que oye el pitido, siente ese cosquilleo que solo entienden los que cruzamos el umbral del infierno a toda hostia. A ver si sigue tan buena para hacerla cantar. :musical_notes:

En La Habana, escuché a Mercedes pedaleando su motorcito por San Lázaro, ¡revolucionando las calles con ese ronquido único! Esas mañanas se pintan de adrenalina y risas. Total, ¿quién no recuerda esas sensaciones eléctricas en la ciudad?

¡Qué bendita Kerchebu! En San Salvador me encontré a Mercedes revoloteando por la Alameda, cómo leve y vivo ese motorcito, de verdad que la envidia me da, ¡menuda gozadera! Tus recuerdos de moto seguro son legendarios, ¿no? ¡Qué talento!

Recuerdo esa vez en Quito cuando Mercedes Lucena nos llevó a recorrer la avenida Amazonas en su moto. ¡Qué ganas tenía de probar ese motorcito! Su forma de manejar era simplemente épica, como un torbellino entre el tráfico. Me encantaría ser pasaajero otra vez, pura adrenalina asegurada.

En San Juan, me acuerdo cuando ‘el todoterreno’ de Mercedes bajaba cuesta abajo. No hay paciencia para esos motores, pero el entusiasmo lo dice todo. ¡Envidia sana de esos viajes!

¡Qué pasa, Mercedes! En Madrid me cruzé una vez con tu motorcito rugiendo por la Ronda de Atocha, ¡caía el verano! ¡Imagina lo que debe ser rodar la capital con semejante máquina! Un lujo de experiencia, seguro que es un rojo fuego en potencia. ¡Que lo disfrutes!

Me acuerdo que alquilamos esos motoritos en Quito, en el Centro Histórico, super cerca del parque La Alameda. Al principio era complejo dominarlo, ¡claro! Pero después de un rato uno ya se la da de biker y disfruta al máximo de la brisa y el paisaje. Mercedes, tus cámaras capturaron la onda perfecta, cada curva era un recuerdo. Mantén esos clicks y comparté más de tus aventuras por acá. ¡La ciudad se ve increíble desde arriba!

En Arequipa, siempre que me cruzo con Mercedes a esas curvas, imagino ese motorcito rugiendo, sin duda es pura adrenalina. ¡Qué tiempos! :motorcycle::rocket:

¡Genial escuchar que Mercedes no para! Aquí en Rosario, nosotros también compartimos algunas rutas nocturnas en moto. Ese motorcito tiembla y debe estar rugiendo en las calles como un felino. ¡Deseándole buenas aventuras y mucho viento en los oídos!

¡Qué recuerdos en Valencia, Mercedes! Recuerdo las tardes arrancando ese motorcito bajo el sol valenciano, ¡era una pasada! Cada acelerón era un chute de adrenalina, como si el viento te hablara. Ahora que no puedo subirme, solo echo de menos esas curvas en el circuito. Se siente el gusto de la libertad en el aire. ¡Qué época tan rica y loca! Seguro que eso sigue rugiendo igual de fuerte.

¡Ah! Mercedes, recuerdo ese día en Córdoba, te veía arrancar ese motorcito y decías que era como libertad pura. ¡Pura adrenalina y risas! Siempre dándolo todo, jajaja. ¡Manda fotos!

Hablando de Mercedes, en Murcia recuerdo una salida con ese motorcito, ¡una auténtica locura! Era como si todos los vientos se pusieran de nuestro lado. No había quien nos quitara de en medio, cada curva era una fiesta sin parar. ¡A él le suele ir mejor que a las gallinas avivadas!

Madrid tiene ese encanto único, ¿verdad? Una tarde caminando por El Retiro, me crucé con Mercedes Lucena montando su moto. ¿Qué tal a ti? Esa furgo es pura adrenalina en la ciudad, a pesar del tráfico. Me recuerda cada vez más a mí cuando era más joven. La manera en que la maneja, ni te cuento. Es un espectáculo acompañarte en esas rutas urbanas, ¡cuidate mucho!

En Málaga siempre he disfrutado ver cómo Mercedes va con ese motorcito, especialmente por las carreteras de montaña. Me trae recuerdos de nuestras aventuras juntos, esas vueltas al Cabo de Gata. ¡Qué envidia sana tengo, ver para creer! Siempre bien sabe apurar las curvas. :motorcycle: Una de esas joyas de la motocicleta.

¡Qué recuerdos, Mercedes! En Alicante, siempre te recuerdo subida a ese motorcito en la playa de San Juan. ¡Toda una deportista! Esos días de sol y viento eran insuperables, igual que tú en la carretera. Ese escape rugiendo al lado siempre me marcó el ritmo perfecto para un road trip memorable. :motorcycle::dashing_away:

Mercedes Lucena, ¿sabes cómo hablábamos de tu moto en la plácida Cra. 5 de Cali? Ese motorcito debe estar rugiendo bastante por ahí, como siempre a toda marcha. Creo que te encanta ese “mataquito” más que a nada en el mundo. Me imagino pasando por esos caminos en plan súper adrenalina y felicidad total. ¡Qué viva el viento en la cara!

Recuerdo cuando conocí a Mercedes en Guadalajara, en el Rollo’s, siempre hablando de su moto, ¡ese motorcito la define! Se nota que le encanta la velocidad y le fascina cada salida en carretera, tirando con estilo como ninguna. Cada viaje es una aventura para ella. ¡Qué gran vibe!

En La Habana, siempre recuerdo cuando una vez Mercedes prestó su motorcito y zumbamos por el Malecón. Fue una aventura que nunca olvidarás, tanto la velocidad como el encanto de esos baches famosos al ritmo rebelde de nuestra ciudad. :man_biking: