En Barcelona, he probado el Mercedes GLC 300 por unos baches y no decepciona. Oye, es un carro para todos los terrenos, muy versátil en carretera y ciudad. Tiene comodidad de lujo pero también agarre, ¡realmente sorprendente! Se siente seguro aunque el suelo esté durillo. Además, en el tráfico denso, como el del Tibidabo, se maneja como pedazos. ¡Un pedazo de carro!
En Alicante, el Mercedes GLC 300 ha sido una verdadera sorpresa. Por las carreteras de montaña y en playas, se maneja de lujo. En tráfico, el espacio es amplio, perfecto para paseos familiares o vacaciones. Además, es un coche que manda, como dicen aquí, y con potencia a más no poder. Sin duda, un as para el día a día y también para devorar caminos con paisajes impresionantes. Total, un 10 para la movilidad y comfort.