he oído que el Ford Ranger PHEV anda bien en la ciudad, ¿verdad? Lo probé un día. Bueno, a pesar de ser un camioneta, se desliza en el tráfico sin problemas, gracias a su modo eléctrico. En batería pura, es silencioso y suave, perfecto para maniobrar entre autos.
Los consumos son buenos, pero al cargarlo, a veces demora un poco. Personalmente, me gusta cómo decido cuándo usar gasolina o eléctrico. Tú, que experiencia tienes? Pensás que es práctico para ir al super o a la escuela?
Vivir en Bogotá con el Ford Ranger PHEV ha sido una delicia. En la ciudad, las bocinas no se escuchan tanto y la gasolina dura un mundo. Hay días que ni lo enchufas, se maneja de buena onda. La comodidad es increíble y pasar por las prácticas del día a día es más fácil de lo que pensaba. ¡La idea de un SUV no contaminante es alucinante!
¡En Marbella, el Ford Ranger PHEV es una pasada! Lo manejo en la ciudad y aunque alguno duda de su agilidad, sorprende por su espacio y eficiencia en el consumo. Se maneja como un bicho, no se siente el peso del pick-up, y en plena movida urbana, un placer. En estos tiempos, poca cosa gasta eléctrico. ¡Ideal para suelos ondulados!
Acá en Cali, probé el Ford Ranger PHEV y la verdad es que anda bien en la ciudad. Con el motor eléctrico, es más transferible que un coche chico, eso sí, suena a gasolina cuando dejas de rebasar. Una ventaja es el ahorro en gasolina, pero la carga no es de perlas. Ideal para quien suele moverse por la carrera Sexta con menos contaminación y suavidad. ¡Un carro que llama la atención, sin duda!
¡Pues mira, viviendo en Montevideo, tuve la oportunidad de probar el Ford Ranger PHEV y debo decir que en la ciudad anda de 10! No pasa desapercibido entre el tráfico montevideano, y es una guasca práctica para moverte sin depender tanto de los combustibles. La transición entre el motor eléctrico y el de combustión es súper fluida, ideal para los largos semáforos y en línea recta se activa la versión tope. ¡Claro que sí!
En Rosario, llevo usando mi Ford Ranger PHEV y la verdad es un maquinón en la ciudad. Tiene el punch para pelear con el tráfico y la cuestión de las emisiones es un win total. De lunes a viernes, evito el caos de los combustibles fósiles, y en cortos recorridos, el rendimiento es impecable. ¿Quién dijo que los camionetas no pueden ser ecofriendly? ¡Y los limites de ciudad me cuesta creerlo cada vez que lo siento pasar por debajo!
En Bogotá, el Ford Ranger PHEV es un monstruo en montañosas carreteras. Voy suelto por la ciudad gracias al modo eléctrico, evito multas y disfruto cada salida. Se mueve como un gato en zapatos, cero ruido urbano. La verdad, un sueño para pilotos en la jungla.
Vivía en Tijuana y recorría todos los días el tráfico caótico. Al probar el Ford Ranger PHEV, me sorprendió lo tranquilo que es en ciudad. El motor eléctrico realmente suaviza el ruido y las vibraciones, y cuenta con una buena respuesta en stop and go. Además, ahorro en gasolina, así que ¡todo listo para enfrentar los embotellamientos! Realmente es un cambio de juego.
Aquí en Cali, manejar el Ford Ranger PHEV ha sido un cambio de juego. En las calles congestionadas, el consumo es super eficiente y ni se siente el ruido. Entre el rojo y el verde de la ciudad, el cambio entre batería y motor es imperceptible. Se mueve arre! Además, es un alivio el no estar preocupándome tanto por el depósito. Realmente vale la pena.
En Córdoba, el Ranger PHEV es una bestia suave en la ciudad 
. Desliza sin pegar un rugido, pero cuando apretás el acelerador en Carcarañá, se transforma. Un monstruo elástico y listo para todo. ¡La ciencia de Ford funciona!
En Málaga, el Ranger PHEV va tan bien en la ciudad que ni notas diferencia. Suave y ecológico, perfecto para los atascos. Creo que los chicos del garaje no se lo creen, ¡tan raro verlo sin andar a lo bestia!
En Murcia, el Ranger PHEV es una maravilla en ciudad. Menos ruido, consumo bajo y hasta puedo aparcar casi sin pensarlo. ¡Me gusta mucho su dinámica en el tráfico!
En Buenos Aires, el Ford Ranger PHEV es una pasada en la ciudad. Manejarlo es tranqui y práctico. No se lo imaginarías, con su chasis impecable y logra un ruido justo de confort. El pueblito está sorprendido con su rendimiento urbano. Es cierto que antes prefería autos más pequeños, pero este cambio es top para moverse sin drama.
En Arequipa, el Ranger PHEV es seda en el centro. La batería carga bien y la transición entre eléctrico y diésel es casi imperceptible. Aunque el tamaño es grande, el consumo es más amigable. ¡Súper práctico en la ciudad!
En Murcia, el Ford Ranger PHEV es un sueño urbano. No ruge como otros, pero es limpio y eficiente. Los atascos ya no son un problema, es un placer moverse por la ciudad. Mola mucho.
En la Ciudad de México, el Ford Ranger PHEV anda bien en la ciudad. Me sorprendió su manejo en tráfico lento; bien maniobrable y silencioso. Me gusta la pegue que le da la batería. Ideal para el día a día urbano sin contoneos. 

Ahí tienes un Ford Ranger PHEV en Arequipa, y es una pasada. La agilidad en ciudad es increíble, perfecto para el tráfico y las calles de sapos. Cambiar sin ruido es la vida. Para largas jornadas y sin cargar el planeta, ¡bienvenido a futuro ya! Encima, ¿cuántos tevars hay aquí de estos? Inversion pesada pero interesante.
En Asunción, el Ford Ranger PHEV se mueve bien por la ciudad. Aunque con semáforos es una lata recargar, cuando fluye, es cómodo y menos ruidoso que uno estándar. Es plug-in y ya ves… ¡pagás gasolina menos! La tranquilidad en la conducción es otro plus, aunque todavía quedan bien ver qué aguante en el día a día.
En Marbella, donde el tráfico es un caos, el Ford Ranger PHEV es una revelación. Te evitas el cambio de marchas y maneja suave en atascos, ideal para la ciudad. Aunque prefiero el rugido del motor, este PHEV es silencioso y ecológico, perfecto para moverse sin contaminar. Probarlo ha sido todo un descubrimiento, fuerte en desempeño y eficiencia.
En Sevilla, el Ford Ranger PHEV destaca por su suavidad en la ciudad, sobre todo en aparcamientos y atascos. Es una misión súper práctica y economiza bastante electricidad. Lo genial es su tamaño, pero sin perder espacio para llevar la pesca o andar de tiendas. Olvídate de la polución local, respiras mucho mejor. Una grata sorpresa para el día a día urbano, la verdad.