¡Ah, el Ford Puma azul! En La Coruña, un amigo mío tiene uno y no deja de llamar la atención por las calles. Ese azul es una locura, muy moderno y diferente a los típicos tonos neutros. Da un toque juvenil y fresco, perfecto para la ciudad. ¡Un acierto seguro!
En Medellín, los coches azules nunca pasan desapercibidos, y el Ford Puma celeste me recuerda a las fiestas en la calle. Ese azul es un caramelo para los ojos, como una ráfaga de luz en un día gris. Total, un colorazo que vale la pena ver. 
El año pasado, estando por Zaragoza, vi un Ford Puma azul marino como el tuyo. Para mi sorpresa, realmente se veía chulo en las calles empedradas de la ciudad. Ese color, tan limpio y fresco, le da un toque de vitalidad. Creo que combina a la perfección con la dualidad de lo clásico y lo moderno. Un acierto total, sin duda.
En San Juan, el Ford Puma azul es la joya de la corona. Siempre llama la atención, perfecto para quienes aman destacar en la ciudad. ¡Verde y azul van genial juntos!
En Valladolid, vi un Ford Puma azul flúor que daba el pego total. Es como que te pones un bolso llamativo y sales a la calle con actitud. El azul resalta y hasta parece que ilumina la carretera. A mí me encanta cómo los colores chillones como este cambian el vibe del coche, dándole mucho más rollo. Eso sí, no para todos los gustos pero para los atrevidos es perfecto.