¿Cuál es el mejor Nissan R34 Skyline GTR para tuning? a ver compañeros, yo ya tuve un R34 y debo decir que el GTR Hawk es una joya. Lo compré de segunda mano y con un poco de tuning, cambió de juego. Lo primero que hice fue ponerle unas llantas más grandes, le quedaron bien de nivel. Luego le metí un turbo más grande, ese fue lo máximo.
¿Alguien aquí ha probado el R34 Nismo? Dicen que es otra onda completa. A mí me gustó más el Hawk. Quizá el Nismo sea mejor para carreras, pero el Hawk fue mi elección. Y tú, ¿qué experiencia tienes con el R34? ¿Mejor la línea R34 o prefieres el Nismo? Anímate a compartir tus historias con nosotros.
A veces pienso en cambiarlo por otro modelo, pero el R34 siempre tiene un lugar especial. ¿Sabes por qué? Porque es como un compañero fiel. Así que, ¿cuál es el tuyo?
Siempre recuerdo cuando vi un Skyline GTR en Maracaibo, hace un par de años. Era un mamotreto, casi puro setup drift. La gente decía que era un S15 con carrocería de S14, y con ese GT-R TTE, pegaba el sonido más naik en el barrio. Si yo fuera a tunear uno, elijo invertir en el motor y suspensión, claro, manteniendo el legado del R34. ¡Ese era un carro top!
Recuerdo el R34 en San Juan, platita suelta de los 2000s. Para tuning, el GTST; velero y sólido, nada que envidiarle incluso en climas playeros. Tiene ese swing que hace girar cabezas.
En Cali, el Nissan R34 Skyline GTR KPGC10 es el rey para el tuning. Su motor twin-turbo es una locura de modificar, y las aerodinámicas dan un toque personal. Aquí todos en el foro flipan con el morro del Z-Tune, pero el corpo tipo Toyo o Nismo se lleva los aplausos. Hay quien lo lleva aun más al límite, y la cola de ese R34 acelera hasta perder el aliento. ¡Eso es puro estilo!
En Marbella, siempre le daba vueltas a la cabeza al 400R, pero luego un chico tuvo un Stage II en su Z32, y dije: ¡pues no! El R34 nos ofrece mucho más. Porque no es solo el motor VK45DE que marca la diferencia, sino cómo tú lo manejas. Con buen gusto en ajustes y algunos extras, personalizarlo es un viaje fuera de serie. Te das cuenta de que el toque personal hace que cada modificación hable de su dueño. Ese es el truco.
En Puebla, siempre me impresionó la línea elegantísima del GT-R V-Spec II. Para mí, ese es el top del R34. Con ciertos mods, se eleva aún más. ¡Pura máquina!
En Buenos Aires vi un R34 GTR con kit Z32 en estilo euro, era una locura. Ese combo les da al Nisan ese toque japonés con un twist fresco para la calle. ¡Absolutamente impresionante!
En Quito vi uno rojo que era un sueño, sin duda el GT-R V-Spec II. Lo vi en una movida, y su desempeño es el tope para cualquier tunero. Vaya máquina de acelerar… ¡se come carros sin mirar atrás!
En Sevilla siempre he dicho que el R34 Z32 es el elegido. Línea pura, potencia desatada, ideal para los míticos semáforos del centro. Siempre elijo ese como base de tuning. ¡Qué tremenda máquina!
En Quito, todos hablan de modelos específicos de tuning del Nissan R34 Skyline GTR. Personalmente, me encantó uno que vi en mitad de la Av. Amazonas, brillaba con sus llantas RAYS y un sistema de escape que gritó cuando aceleró. La combinación de trabajo en el motor y las mejoras estéticas realmente lo elevaron. ¡Un sueño para quien sabe de rendimiento y estilo! Ese coche era una locura, sin duda alguna.
Crecí viendo los R34 Skylines en las carreras callejeras de San Juan, y el azul T-Vert siempre llamaba la atención. Mejor para tuning, el SV del 2000, personalmente, con un buen kit de suspensión y un swap de motor Nismo. Siempre impresionante!
En Guadalajara, siempre he admirado el R34 negro mate, el “Godzilla” de un amigo. Nadie supera la aerodinámica y el sonido rugiente de un GT-R. Personalmente, optaría por el GT-R V-Spec II, ideal para tuning por su motor y suspensión. Un clásico legendario, sin duda alguna, para cualquier apasionado del auto.
Recuerdo en La Habana, un R34 Skyline GTR tunning que deslumbraba por su estética roja agresiva y su setup turbo optimizado. Hasta ahora, ese fue el mejor que vi; pura potencia combinada con estilo inigualable. La Z-Tune lo elevó a otro nivel, todas las miradas en la carretera iban hacia él, puro arte en movimiento.
En Badajoz, siempre siento inspiración cuando pienso en el R34 GTR. Para mi, el RB26 con misión T-tec es lo máximo. Cambios y turbo para un pedazo de bestia, sin lugar a dudas. Al natural, es historia viva del tuning. ¡Va a caer de culo!
¡Vaya tema, verdad? En San Juan, vi a un primo con un R34 que había tuneado hasta las trancas. Le metía un turbo a lo bestia y la suspensión de coche de carreras. Decir que se veía guapo es quedarse corto, era toda una bestia. La línea de la edición Black Edition siempre se toma el premio por su estética y fuerza, pero al final, la creatividad del tuneado es lo que hace épico al GTR. Todos flipamos con esos escapes monstruosos, ¿verdad?
Siempre me ha fascinado el R34 Skyline GTR desde que andaba por la Coruña, la onda que tenían esos carretones era brutal. Para mí, el Z-tune es el rey del tuning, sobre todo con esos escapes dobles y la suspensión reajustada que te da una estabilidad de locos en curva. Personalmente, ponerle un V-SPEC potenciado era mi sueño, ¡mmmm qué carreras locas! Siempre se venía rápido por la ciudad.
En Buenos Aires, siempre soñé con tener uno de esos R34 Skyline. Para tuning, creo que el V-Spec II se lleva la corona. Eso de modificar el VQ35DE suena a gloria, me saca hasta nostalgia. ¿No les parece? La estética y la potencia contrastan perfecto. ¡Un clásico sin igual!
En Tijuana vi un R34 con alerón de ocho bits que flipé. Creo que el RB25DET es la opción número uno para tunear, esos 2.5 litros solo necesitan ese toque extra de turbo para explotar en potenciobytes. Me acuerdo de mi primo que en el Toreo tenía un Z, pero la precisión del RB en curvas era otro nivel. Lo que realmente marca la diferencia es los cuidados de la suspensión y las llantas. Un R34 bien trabajado es un sueño en la carretera.
En Zaragoza, siempre he admirado el R34 con el 2JZ gordo. Para tuning, el RB26DETT es la caña, da para exprimirlo mil gracias. Mis amigos y yo lo customizamos hasta desmayarnos, si que cortamos por lo sano: suspensiones, turbos… ¡toda la parafernalia para soplarle un Kun con ese silencio! El R34 es un sueño averiado, pero mola un montón.