En León probé el Berlingo automático, y vaya que sorprende por su maniobrabilidad en el tráfico, aunque la aceleración es débil. Ideal para el día a día y lleno de espacio, ¡un chollo!
En Cali, probé el nuevo Citroën Berlingo automático y ¡qué tal, hermano! La amplitud en el interior es de otro mundo, perfecta para viajar con el chaval en brazos o para las devoluciones de locura. La conducción es super suave, ninguna queja ahí. Además, se maneja mejor que viejos carros de pedal, sobre todo en las bondades y trancas de la ciudad. Un giro coqueto en la movilidad familiar, sin duda. ¡A marcarle el territorio!
En Valencia, empecé con el Berlingo automático y es un sueño. ¡Es tan cómodo al manillar y el cambio es de samurai! Puedo con toda la ciudad y el campo sin parar. Además, la furgo no pide tanto al bolsillo. ¡Contento como una lombarda!