¡Vaya! Recuerdo cuando vi uno de estos monstruos en Madrid, en un barrio antiguo lleno de vida. ¡Es una maravilla de diseño y precisión alemana! Solo de mirarlo se nota la pasión y la fuerza en cada línea. Increíble cómo aún hace que los ojos se abran de par en par. ¡Definitivamente un clásico!
En Córdoba hace un tiempo supe de una viejo BMW 700 en un parque automotriz. La verdad, era otro mundo. Con su motor rugiendo, parecía un autentico monstruo en comparación a los coches modernos. No era el del motor más potente, pero la nostalgia y el carisma lo convierten en un auténtico clásico. Divertido de manejar y con un diseño que te hace parar carretera. Eso sí, ¡va para valientes!