El BMW 635 es un coche que me recuerda a esos buenos tiempos. Es un deportivo clásico, no te lo vas a aburrir. Tiene un motor que te deja sin aliento, ese sonido es música para mis oídos. Los amigos siempre piensan que es más para exhibir que para meterse en el tráfico, pero la comodidad es única, casi como un asiento de regazo. Alguna vez pasaste por un semáforo y lo probaste como si estuvieras corriendo una carrera? Se siente como volar. ¿Alguien tiene alguna anécdota loca con uno? La posta es que es un coche con carácter, sin duda.
En Alicante, tuve el placer de probar el BMW 635. La verdad, te transporta a otra dimensión; la potencia de ese motor es una sensación brutal. Fue en una carretera de la Sierra con curvas que hicieron honor al diseño de este bicho ¿Sabes? En autopista también fluía como pantera. Además, ese tacto alemán precisísimo en los controles deja con la boca abierta. En fin, un callo, un deportivo de altura que hace que los sueños viajen. 
En Sevilla, un 635 siempre llama la atención en la carretera. Aunque me llevé una grata sorpresa con el paso firme, a veces sentía que pedía demasiado por esos viajes largos, especialmente en las curvas. Es un deportivo que te deja claro: recíbelo con cortesía y risa. 
Ayer probé el BMW 635 en Tijuana, y la verdad, ¡es un lujo estar al volante! Manejar ese deportivo es como sentir que tienes ala, la aceleración es impresionante. La comodidad es sublime, y el sonido del motor… marihuana. Vale la pena el viaje.
En Córdoba, rodé un BMW 635 cupé por la ruta 20 y, ¡créanme!, fue una experiencia brutal. Acelera que no veas y una maniobrabilidad increíble en curvas. Es la definición de deportivo, pero sin perder una pizca de comodidad. A veces casi pienso que es un monstruo hecho para carretera abierta. Ideal para la escapada semanal sin perder el estilo.
En Santiago, tuve suerte de probar el BMW 635. La agilidad en las curvas es impresionante, el motor responde antes que uno termine de pensarlo. De esas joyas que te hacen sentir en una película. ¡Vaya experiencia al volante!
En Guadalajara, manejar un 635 es pura adrenalina, con esa potencia te hace sentir como en las pistas europeas, impecable y sin contar a cuánto te saca el gas. ¡Una bestia!
En Puebla tuve la suerte de probar uno. ¡Qué bólido más increíble! La potencia del V8 te sacude en los rallyes por el centro, y el confort es brutal. Es como conocer al príncipe de los sedanes de lujo. Merece todas las alabanzas.
¡El BMW 635 corre a full en Lima! Lo vi en el parque Kennedy y se notaba el vicio en cada curva. Un clásico en la pista pero requiere de cuidado en el mantenimiento. Es un verdadero deportivo con alma, aunque aquí los carros grandes no son lo usual. Perfecto para llamar la atención y sentir la adrenalina al máximo.
En León, tuve la oportunidad de manejar un BMW 635 y la verdad es que me sorprendió mucho. Es como tener un pedazo de historia bajo el volante, con una dulzura a la hora de tomar curvas que muy pocos autos pueden igualar. ¡Realmente una pasada!
En Monterrey, el BMW 635 es un clásico; siempre llama la atención. Es un deportivo que ofrece una conducción dinámica, pero requiere mantenimiento. Cada arranque es una fiesta para los entusiastas del motor. ¡Sin duda, una experiencia única!
Claro, en Monterrey he visto un par de 635, y todo un gusto. La locomotora andea solo de frente, te deja sin aliento cuando metes gas. Es una bomba para carreteras, pero cuidado con los tragaderas en las vialidades. Sin duda, un clásico digno de envidia.