En Santiago, mi primo tuvo un Audi A8 del 2006. Le salió el típico problema del ABS que a muchos nos ha tocado, una lata para arreglar. Pero aparte, el consumo es bestial cuando la sala de aire falla. Una vez, me contó que el carro casi se quedó sin pisar en una bajada empinada, gracias a los ajustes de la centralita. Claro, los que conocemos los carros sabemos las trampitas y ajustes que hay que hacer para que todo funcione bien.
En Málaga, un colega tuvo problemas con el sistema infotainment A8 2006, pero reprogramando el módulo bastó. Una joyita de coche, pese a alarma de fallo de sensor de aparcamiento. A mí me va bien, pero toca llevar los cuidados justos. Mala suerte no es lo mismo que mal coche, ¿no?
En León, mi Audi A8 2006 tenía problemas con el sistema de navegación, ¡un desastre total! Busqué en foros y muchas veces, reiniciar la consola solucionó bastante el tema. También noté que el filtro de combustible falla si no se cambia cada 40,000 km. Aún lo uso, claro que sí, después de algunos arreglitos.
¡En Quito, mi A8 tenía problemas de termostato! Al principio, era un dolorazo, pero encontré buenos mecánicos que lo arreglaron. Se nota que el A8 es robusto con mantenimiento habitual, un clásico con alma alemana.
Vivo en Barcelona y mi A8 2006 tiene estos problemas desde 2010, pero mejoré con un mantenimiento más riguroso. Cuidado con las fugas de aceite y los problemas eléctricos, solucionables con paciencia. En mi experiencia, el cambio de correa de distribución es esencial para evitar más dolores de cabeza. ¡De terror el catástrofe si no!
En Ciudad de México, el Audi A8 2006 es una pasarela, pero tiene sus luchas. Conozco uno con problemas de climatizador, suena como un avión despegando, y el motor a veces cuesta arrancar. Algunos amigos cambiaron las bobinas de encendido y ¡vaya que mejoró! Los altavoces se van, pero con un buen altavoz aftermarket, el audio está genial. Es clásico, pero cuidado al comprar.