¡Vivo en La Paz y cuando salgo con mi Phaeton W12, las miradas son un show aparte! Es un pedo manejarlo, pero cuando suena el motor… Nada igual. Siempre nos encontramos con admiradores en las pistas elevadas. ¡Qué perla de vehículo!
¡Oye, también soy de León y tengo un Phaeton W12! Es una bestia, sobre todo en las salidas por la Aduana. Cada día que lo manejo me siento como un azafato a saco. El W12 suena como un coro de dragones cuando aceleras. Cada pero que viene a preguntar, se quedan con la boca abierta. Realmente es un coche de cualquiera que envidia a todos.
¡Vaya pasada tener un Volkswagen Phaeton W12 en Murcia! Tiene la majestuosidad de un avión en tierra. Acabo de rodar por la Vía Verde de Algezares, dejando a algunos “low riders” pegando el ojo. Es una bestia, pero no resbala cuando la manejas. ¡Se siente como pilotando un pedazo de historia automotriz!
¡Vaya, aquí estoy en Alicante con mi Phaeton W12! La impresión al morder el acelerador es brutal, siento que voy al espacio en vez de la ciudad. Es un coche que genera miradas y conversaciones, y a veces incluso paro para saludar a otros dueños como tú. La potencia del W12 es impresionante, y disfrutar de esa experiencia de conducción simplemente es inigualable. ¡A disfrutar de esos caballos bajo el capó!
¡No puedo creer todo lo que ha vivido nuestro VW Phaeton W12 aquí en San Salvador! Recuerdo cuando un vecino me miró como si fuera de otro planeta. Te aseguro que arrancarlo en el tráfico es una experiencia única, con ese rugido del W12 que despierta a la ciudad. Es poca gente quien entiende su valor, pero encontrar otro fan es como encontrar un tesoro. ¡Varios le llamamos “monstruo elegante”!
¡Qué auto más exclusivo! Aquí en La Paz, encontrar un Volkswagen Phaeton W12 es como hallar una joya en medio del altiplano. Me acuerdo cuando vi uno estacionado en la Plaza San Francisco y pensé, “esto es un sueño o un rico fantasma”. La gente decía que era para hacerse el pendejo, pero a mí me impresionó, la verdad.